Keiji Inafune presentó Mighty No.9 en la Penny Arcade Expo de 2013, y casualmente había estado jugando esa primavera a Mega Man X por una apuesta que perdí donde tenía que terminar el juego sin morir un determinado número de veces. No lo conseguí. Parece que esta nueva obra tampoco tiene muy claro cuándo va a llegar a nuestras estanterías.
Cuando Mighty No. 9 terminó su KickStarter con más de 67.000 patrocinadores y 3.8 millones de dólares de recaudación, Comcept y Studio 4ºC tenían toda mi confianza; todavía no había empezado la universidad, así que solo pido que cuando me gradúe ya pueda decir que me pude pasar un título que cada vez huele más a vino.
Me encantan los juegos de plataformas, de hecho he defendido este juego en diversas conversaciones con gente que se mostró escéptica frente al proyecto en su momento. Creo que ahora estoy más cerca de su postura que nunca, porque cuando pude probar el juego junto a Cristian y Norritt en la Gamescom me di cuenta de una cosa, y es que lo que parecía iba a ser una constante de nueves en Metacritic más bien iba sabiéndose como un lanzamiento más, del montón. No me malinterpretéis, no creo que vaya a ser un juego malo, pero sí pienso que tanto retraso le está sentando particularmente mal, porque ese día ya empecé a sentir que no era más que un plataformas parecido a Mega Man, pero no un sucesor espiritual de éste.
Ojalá el producto final tome parte del ADN de esos minuciosos y cuasiperfectos títulos de la Capcom clásica. Y me da rabia, porque creo que no soy el único que ya mira con otros ojos a Mighty No.9, cuya fecha de lanzamiento podría haber sido retrasada hasta finales de 2016…