Esta Gamescom 2015 es, de largo, el mejor evento que he vivido desde que empecé a escribir en videojuegos, y ha llovido. Y no me refiero por los juegos presentados, que puede ser que un poco sí, sino por cómo me he tomado el evento.
Y es que esta Gamescom me la he tomado como creo que debía, a disfrutarla, a intentar compartir lo mejor con los lectores y huir del notadeprensismo. Un evento así es una experiencia, y para poder compartirla, primero tienes que vivirla. He podido tomarme fotos con Yarny, el muñeco de Unravel y con Keiji Inafune, he bebido Cuba Libres en el stand de EA hasta decir basta mientras me hartaba (dramatización) de jugar al FIFA 16 y al Battlefront. Las copas gratis en la fiesta de Wargaming las pedía de 4 en 4 para no tener que hacer cola. Creo que he probado el café de la mayoría de stands de la zona de prensa. Sí, he disfrutado la experiencia. Sin estrés y sin hoja de ruta a cumplir, la cobertura de eventos cambia.
- Compartiendo piso con Norritt y Tenzin: lo más especial de la Gamescom 2015 ha sido poder compartirla con dos AKBitos. Poder comentar la jugada durante el día – y la noche – era un potenciador para cada experiencia vivida. Sin ellos no hubiera sido lo mismo.
- Abrazado y llorando con el diseñador de Fragments of Him: Si no conoces Fragments of Him, contarte que es una aventura indie en la que lo importante es la historia y no la jugabilidad. Es tan poco interactivo como el maravilloso To The Moon, para que te hagas una idea. Está diseñado para contarte durante unas dos horas y media una historia que va sobre la muerte de una persona en un accidente de tráfico y cómo afecta a todos los que le rodeaban: su pareja, su familia, sus amigos… Todo muy dramático. Tanto que acabé llorando en la presentación abrazado al diseñador principal, que para rematar me acabó confesando que era una historia real suya propia, pues había retratado cómo había perdido a su exnovio. Tela.
- Partidazos en la recreativa de Virtua Tennis 4 con Norritt en la fiesta Wargaming: Tenía muchísimas ganas de poder asistir por fin a una fiesta organizada por Wargaming – son legendarias en el sector – y lo cierto es que no me decepcionó ni un poco. Hasta superó mis expectativas, al descubrir un grupo brutal grupo Anamanaguchi y, oh sorpresa, tener la discoteca llena de recreativas como mi adorado Virtua Tennis 4. Lástima no tener a Tenzin también en la fiesta para desafiarle, es un fiera en los juegos de tenis.
- De party con Koji Igarashi, Dan Greenawalt y Kamiya gracias a Xbox: Sony se autodescartó de la Gamescom, al menos en su vertiente para prensa, dejando vía libre a Microsoft a que robara todos los focos. Y vaya si lo hizo. Más allá de relajarse por la falta de competencia, la división Xbox construyó un Ferrari para la ocasión. Con más VIPs que en una conferencia del E3, Microsoft montó una fiesta a todo trapo, presentando sus juegos futuros y posibilitando el jugar a los que están a la vuelta de la esquina en la fiesta post conferencia. Está claro que Xbox, cuando se lo propone, es una anfitriona inmejorable.
- Comentando la jugada indie con los cracks de GamesBoosters: al ir a visitar el stand de GamesBoosters/MISP no esperaba encontrarme con una recepción así. Tras el obligatorio tour por los juegos – gracias al cual pude descubrir algunas perlas como Cerulean Moon, She o Twin Souls, pude compartir con los devs de Missing Translation, She, Blues and Bullets y los propios promotores de GamesBoosters unas horas de anécdotas, confidencias y revelaciones. Un lujazo.