Y tan caro, porque como nos chiva Choroman, en EOL han publicado la noticia de que el SAT de Nintendo en Alemania ha cobrado 210 euros por reparar una consola que había sido modificada. Así que, amigos del Verbatim, pensároslo dos veces que, al final, lo barato siempre se caro y encima te llevas unos sustos que pa qué.