No cabe duda de que las miniconsolas de Nintendo – NES y SNES classic mini – han calado en la comunidad. Cómo no resistirse tratándose de cajitas cuquis con una multitud de juegos para rememorar aquellos tiempos en los que todo era más sencillo. O para descubrir cómo se jugaba antes cuando lo más rompedor era Donkey Kong Country o Secret of Mana.
La era de los 32 bits, la más interesante
Ambas miniconsolas son muy buenas. Tienen un funcionamiento fluido, menús intuitivos y buenos catálogos de sus respectivas hermanas mayores. No obstante, soy más de la 5ª generación. Fue mi primer contacto en serio con el mundo de los videojuegos y muchas de las sagas emblemáticas de hoy en día nacieron en esa época. También supuso un salto de gigante en la manera de entender el ocio electrónico. De entornos 2D y experimentos en 3D prematuros pasamos a dar la bienvenida a los entornos tridimensionales para quedarse. Nintendo 64 y PlayStation fueron las grandes protagonistas de la generación. Está claro que tarde o temprano podremos jugar a la versión reducida de la máquina que nos dio Ocarina of Time y Pokémon Stadium. Pero hoy no hemos venido a hablar de Nintendo.
Hablemos de Sony. ¿Y si en la PlayStation Experience nos sorprenden? ¿Os imagináis una PlayStation Mini? Estoy seguro de que los japoneses por lo menos ha considerado la opción. Ya dieron sorpresas gordas en la Paris Games Week, por lo que no sería de extrañar que le llegara el turno a la gris de Sony en la PS Experience. Esto, junto a las fechas de lanzamiento de los remakes de Resident Evil 2 y Final Fantasy VII, haría que esta edición fuera histórica.
Algunas pequeñas trabas solucionables
Hay un obstáculo que no es negligible. Al contrario que en los sistemas de cartucho de Nintendo, que como máximo llegaron a pesar 64 MB en el caso de Conker, el formato de PSX es el CD. Eso significa que el tamaño necesario para almacenar todos los juegos necesarios sea significativamente mayor para la futurible PlayStation Mini. También hay que tener en cuenta una cosa: no todos los juegos ocupan los 700 MB de un CD-ROM y otros ocupaban más de un disco. Es un problema que puede encarecer ligeramente la hipotética consola pero tampoco en exceso. A fin de cuentas el almacenamiento hoy en día no es caro, especialmente si hablamos de unos ¿32 ó 64 GB? que podrían ocupar todos los juegos.
¿Y qué juegos llegarían? Aquí sí que hay un problema. PlayStation se quedó con una amplísima mayoría de juegos de todos los géneros respecto a sus competidoras. Elegir cuáles son los afortunados es algo tremendamente difícil. Ya lo era en el caso de Super Nintendo, así que imaginaros. En esta lista de títulos voy a asumir dos premisas: la PlayStation Mini llegaría con 30 juegos para sacársela ante Nintendo y tendría instalada juegos first-party o con los que no tendría mayores problemas en relación a las licencias. Dicho esto, empecemos.
Crash Bandicoot
Este era fácil. Si Nintendo tiene a Mario y Sega tiene a Sonic, PSX necesitaba una mascota. Y Crash Bandicoot resultó ser un pelotazo que lanzó a Naughty Dog a la fama. No era su intención que el marsupial fuera la mascota de facto de Sony por aquellos años pero sus 3 juegos de plataformas fueron su aval. Divertidísimo a nivel jugable, se ganó el cariño de millones de jugadores. Podría explicaros mil detalles sobre la trilogía original, pero para ello lo mejor es leer la historia oral que los profesionales de Polygon se curraron hace unos meses para celebrar el lanzamiento del remake. Hay infinidad de curiosidades sobre el desarrollo del primer Crash Bandicoot como técnicas de programación y el proceso de desarrollo en general. Una lectura muy recomendada.
Cada entrega supo ser mejor que la anterior. La primera parte sentó las bases y nos obsequió con niveles exigentes, Cortex Strikes Back ofreció mundos más variados y la incursión de las gemas y Warped ya fue la leche. Los power-ups, las reliquias y la asombrosa variedad de niveles fueron los responsables de cerrar de la mejor manera posible la trilogía original. Ante esta tesitura, ¿cuál incluiríamos? Yo me decantaría por las 2 últimas entregas, pues son las más representativas y las que el público recuerda mejor.
Final Fantasy
Nintendo y Square en su día fueron amigas del alma hasta el desarrollo de Nintendo 64. La gran N decidió que su próxima consola iba a seguir usando cartuchos, y eso iba en contra de la tendencia contemporánea. Como Square necesitaba muchísimo más espacio para su última superproducción y Nintendo no le dio, pidió el divorcio. Y Sony apareció en el momento más oportuno para acoger a una Square que iba a vivir los mejores años de su existencia. No en vano, Final Fantasy VII es considerado para muchos jugadores uno de los mejores RPGs de la historia.
Las andanzas de Cloud Strife fueron las primeras de la saga que llegaron a Europa. Su narrativa, que invita a reflexionar sobre el impacto de las grandes corporaciones a la naturaleza y los acontecimientos que tienen lugar al final del primer disco calaron hondo entre los jugadores de la época. Luego llegaron Final Fantasy VIII y IX. En el caso del primero ya se notaba mucho más que fue desarrollado con las librerías de Sony por su apartado gráfico en contraposición a la estética super-deformed de la entrega anterior. Pese a ello y a que presentaba un argumento fuertemente centrado en la evolución del personaje de Squall no sorprendió tanto, ya que el efecto novedad se desvaneció. No obstante, para mi se trata del mejor juego de la saga. La relación Squall-Rinoa y el sistema de batalla basado en GFs me ganó por completo.
La última entrega de la saga para la PSX optó por volver a los orígenes con una ambientación medieval y la vuelta del sistema de oficios. Por su aparente aspecto infantil no causó una buena impresión, pero los que juzgaron el libro por su portada se perdieron uno de los mayores RPGs de la época. El dilema existencial de Vivi o el misterio sobre el origen de Yitán sólo son pequeñas muestras de la encantadora narrativa de FF9. En esta ocasión las tres iteraciones de la saga son dignas de recordar y por ello se merecen un hueco en nuestra pequeñita. Aunque todos sabemos que sólo 2 serán las entregas elegidas.
Metal Gear Solid
Hace ya 30 años, en 1987, salió al mercado para la MSX la primera entrega de una saga de videojuegos que haría historia. Metal Gear trata de espionaje, pero concluir ahí la definición sería un gravísimo error. De hecho no se entiende sin Hideo Kojima, su creador. Su amor por el cine y las historias bien desarrolladas es palpable en los videojuegos que crea. Y ahí tenemos Metal Gear Solid, que llegó después de 8 años desde la última entrega. Dos discos repletos de conflictos políticos y armamentísticos adornados con un apartado gráfico impecable en su día.
15 horas de juego en las que nos infiltraremos en la base de Shadow Moses en Alaska para evitar un ataque nuclear. Para que la misión sea un éxito tendremos que evitar que los enemigos nos descubran. Para ello usaremos variadas armas como los misiles Nikita o las minas C4 para sortear obstáculos. A quien no podemos evitar es a los jefes. Y hacerlo sería un pecado capital. Psycho Mantis, Sniper Wolf y Revolver Ocelot son de los bosses más memorables que recuerdo en un videojuego. También tienen mucho que decir mediante cutscenes creadas con el motor del juego que nos maravillarán. Y con un excelente doblaje al castellano. En definitiva, toda una experiencia. ¿Cómo nos íbamos a perder uno de los mejores títulos de PSX?
Rayman
Rayman enamoró a todos con su mundo de fantasía y niveles llenos de color. No obstante, las apariencias engañan. Nos encontramos ante un plataformas 2D muy exigente que al principio da tregua al jugador. Pero es llegar al mundo de la música y todo son lágrimas y dolor a partir de entonces. Los fans recordaréis con temor la boss fight más condenadamente difícil del juego, Space Mama. Sólo de pensarlo se me retuerce el estómago. Ay. El encanto de Rayman reside en su protagonista. Un chico sin brazos ni piernas, pero con un puño que puede lanzar como ataque principal. Esta mecánica tan básica pero efectiva es posteriormente potenciada con poderes que se van adquiriendo a lo largo de la aventura.
Luego llegó Rayman 2, que inicialmente iba a ser más conservador en relación a su concepto pero ante la creciente popularidad de los plataformas 3D (Super Mario 64, Crash Bandicoot, Banjo-Kazooie) Ubisoft decidió romper con absolutamente todo y hacer un reboot de la cabeza a los pies. Con sólo a Rayman como denominador común, introdujo una narrativa simple pero memorable con piratas espaciales de por medio. Las mecánicas también estaban fantásticamente ejecutadas. Comprendieron que en un espacio 3D la técnica del puño no iba a ser tan efectiva y decidieron modificarla y complementarla con la habilidad del helicóptero como uno de los pilares de Rayman 2. Gran acierto por su parte. Dadas las grandes diferencias entre ambos títulos y que ambos son clave para entender la historia de la PSX los dos se merecen estar presentes en la hipotética miniconsola de Sony.
Castlevania: Symphony of the Night
Qué decir de Castlevania. Representó un cambio radical respecto a lo que había sido la saga hasta entonces. Cambió el scroll lateral en beneficio de poder explorar el castillo de Dracula con todo detalle. Además, a medida que se avanzaba en la historia se podían adquirir otras armas y habilidades para sortear obstáculos y poder avanzar hacia otras zonas, a lo Metroid. De ahí viene la definición de Metroidvania, por cierto.
Sin duda, se trata de la mejor fórmula de Castlevania que ha existido nunca. Han habido intentos de llevar la saga a entornos tridimensionales pero no es lo mismo ni por asomo. Las aventuras de Alucard son dignas de ser recordadas por generaciones y hay muchas ganas de recorrer cada rincón de la morada de Drácula. Por eso se merecen un sitio en nuestra PSX Mini.
Un gran surtido de RPGs
He de ser sincero: no he llegado a jugar a todo el catálogo de PSX. Básicamente tengo pendientes la gran mayoría de sus RPGs, de los que me han contado mil maravillas. Ya hemos mencionado que Squaresoft vivió su edad de oro en la consola de 32 bits. No sólo por el desembarco europeo de Final Fantasy. También hicieron acto de presencia SaGa Frontier, Xenogears, Legend of Mana, Vagrant Story, Chrono Cross… Los amantes de los JRPG estaban de enhorabuena por aquel entonces.
Squaresoft puede que fuera la gran fábrica de JRPGs. Pero otras compañías no se quedaban atrás. Ahí están Alundra, Legend of Dragoon, Dragon Quest VII… Si empezamos a nombrarlos a todos no acabamos. Aquí es donde se nota el exilio de las grandes compañías de JRPGs que antaño elegían a la SNES para sus desarrollos. Los amantes del género encontraron muchos exponentes y vivieron emocionantes aventuras, pero lamentablemente no hay espacio para todas. Elegir a los afortunados es algo que mejor dejaría en manos de los expertos. Personalmente, le tengo muchas ganas a Legend of Mana, Chrono Cross y Alundra.
Tekken 3
En comparación con los juegos de lucha de hoy en día -y con el mismo Tekken 7 -, Tekken 3 queda un poco mal. Pero en su día llegó a considerarse el Street Fighter de la época. No obstante, el objetivo principal de la PSX mini sería rememorar viejos tiempos. Todo era más sencillo, y Tekken igual. Disponemos de poco más de 20 personajes entre los cuales encontramos a veteranos como King, Lei Wulong y Jin Kazama. Pero para conseguirlos a todos tendremos que pasarnos el modo arcade con cada uno de los luchadores iniciales.
Los más entendidos aseguran que es la mejor entrega de PSX y aún hoy en día pese a que en el apartado gráfico ya ha envejecido bastante sigue teniendo una jugabilidad perfecta. Algo similar a lo que pasa con Soul Calibur II, que sigue ahí en su trono y nadie le quita el sitio. Soul Edge y los Dragon Ball también destacaron en su época pero el premio en este caso se lo lleva el torneo del Puño de Hierro. ¡Y encima es el primero de la saga en incluír el modo beat’em up!
Crash Team Racing
Hemos hablado ya de Crash Bandicoot, per no de su juego de carreras. Años atrás me estrené en AKB con un retroanálisis sobre este juegazo. Y es que para mi es el mejor juego de karts de la historia, solo igualado – quizás – por Mario Kart 8. Gran parte de las personalidades de la saga hacen aparición en la pistas de carreras, ya sea en el lado de los buenos o en el de los malos. En esencia es un fork de Diddy Kong Racing pero cogiendo lo mejor del título y potenciando sus mejores bazas. De hecho es algo que Naughty Dog ha reconocido, pues llegaron a recrear un nivel del juego de N64 para hacer pruebas de concepto. De ahí que cuente con un modo historia que bueno, vale que la gran mayoría de los niveles sean carreras normales pero las carreras contra los bosses son de lo mejorcito.
Pero lo que de verdad hace que Crash Team Racing sea tan bueno es su control. Tiene una jugabilidad perfecta basada en que en todo momento estás haciendo algo. La altura con la que haces los saltos y los derrapes influyen en la intensidad de los turbos que se obtienen. Los objetos tienen una función normal y luego otra potenciada que se activa consiguiendo 10 manzanas. Todo esto hace que jugar sea una experiencia tremendamente divertida y desafiante, sobretodo con amigos. Una verdadera lástima que Naughty Dog decidiera abandonar Crash Bandicoot. Lo que podría haber sido y no es.
Medievil
Sir Daniel Fortesque es un caballero que, según las leyendas, derrotó heroicamente a un malvado hechicero. Pero nada más lejos de la realidad, pues murió de un flechazo en el ojo nada más empezar la batalla. El caso es que el hechicero realmente no pereció. Así pues, Sir Daniel revive de entre los muertos para regalarnos esta fantástica aventura de acción medieval y que su leyenda no sea mancillada. Destacó en su momento por ofrecer una estética al estilo Pesadilla Antes de Navidad -por decirlo de alguna manera -, conservando la ambientación tétrica pero a la vez con personajes simpaticones. Una aventura muy recomendable que mezclaba desafiantes puzles y exigentes enemigos a partes iguales.
Además, no se caracterizaba por ser indulgente. En Medievil, morir significaba volver a empezar la partida si no se había guardado el progreso y los puzles a veces son entre niveles. Eso significa que, en caso de no tener algún item necesario para avanzar, toca volver a repetir el nivel donde está dicho objeto y encontrarlo. Y no es que sean un paseo precisamente. Lo intenté rejugar hará ya unos meses pero por ese motivo acabé algo asqueado. Analizándolo por el contexto, se trata de un titulazo muy novedoso y que bien merece la pena recordar. Una saga mítica a la que un reboot no le iría nada mal.
Ridge Racer Type 4
Si uno piensa en un juego de carreras para PSX lo primero que se le viene a la mente es Gran Turismo. Pero antes de eso vino Ridge Racer. Fue uno de los juegos de salida de PSX y a su vez un port de una recreativa de Namco. Al contrario que en el simulador de conducción, de corte más realista, en Ridge Racer no contamos con daños por colisiones ni licencias ni nada por el estilo. ¿Conducir un Ford Mustang? Olvídate.
Este es un arcade puro y duro en lo que lo único que importa es quedar el primero. Las escuderías son inventadas y depende de cuál escojas las características del coche cambian. Lo guay de este título es el fuerte énfasis que se hace en los derrapes. Un clásico de PSX muy top en su época. Siendo realistas, no creo que Ridge Racer fuera uno de los elegidos teniendo al legendario Gran Turismo 2, pero de ilusión se vive.
Y más en breve…
Y aquí lo dejamos por hoy. En esta ocasión he repasado títulos de todos los géneros: plataformas, RPG, lucha, carreras… y es que PSX fue una máquina con un apoyo increíble. Me he dejado un montón de juegos por el camino pero no os preocupéis, que en breve llegará la segunda parte de este artículo. ¡Nos vemos entonces!