MadWorld podría resumirse como la fusión entre No More Heroes y Manhunt: Salvaje, directo y sangriento como él solo. Todo está orientado a que des rienda suelta a tus instintos más salvajes. Decapitaciones, amputaciones, todo está permitido, es más, se premia la violencia extrema, cuánto más vistosa mejor. Una apuesta tan a pecho descubierto, sin tapujos, no existía. Ni en Wii ni en ninguna otra. Y es que nadie se había atrevido a hacer algo parecido a MadWorld. Hasta que ha llegado Platinum Games, con el productor Atsushi Inaba (Steel Battalion/Tekki) al frente, para liarla parda.
Planteado como un concurso ultraviolento en el que Jack, el poco diplomático protagonista, deberá ir liquidando a cuantos enemigos le salgan al paso, MadWorld no tiene más reglas que el matar sin ser eliminado. Como en Carmageddon, se premian los combos, la violencia cuanto más sin sentido mejor, con el único objetivo de conseguir la máxima puntuación con la que superar las pantallas.
Lo primero que llama la atención es el aspecto visual. En un blanco y negro omnipresente, únicamente regado por el rojo de la sangre, MadWorld quizá no impresiona excesivamente – gore aparte, pero en ningún momento da la sensación de tener defectos o de estar limitado por el potencial de la consola de Nintendo. Y es que consigue algo que no recuerdo haber sentido en ningún otro juego: Ofrecer unos visuales que cumplen tan bien su propósito que no tiene sentido analizarlos, buscarles defectos. MadWorld necesitaba ese estilo, esos gráficos. Y la sensación que te queda es que no podían haber sido mejores, que son como tenían que ser.
El control es, al contrario que tantos juegos de Wii, muy sencillo e intuitivo, casando perfectamente con la combinación wiimote+nunchuk, y a los pocos minutos ya dominaréis casi completamente todas las posibilidades de combate que Jack ofrece. Presas, fatalities, lanzamientos, destripes con la sierra mecánica… Prepárate a disfrutar de un catálogo de golpes que parece extraído de una sesión de mocap del malo de La Matanza de Texas.
El apartado sonoro, por su parte, tiene una calidad desigual. La BSO, 100% rapera no está mal, aunque se echa de menos una mayor variedad en el estilo de los temas. Lo que es un descontrol absoluto es el doblaje, la mitad en inglés y la otra en castellano. No sé qué criterio se ha seguido para producir las voces, pero la sensación que da es que es un producto inacabado. En cuanto a calidad, eso sí, tanto las voces como la calidad del doblaje – cuando lo hay – es muy elevada. Lo mejor, sin duda, las perlas que van soltando los cachondos locutores, del estilo de «Tú ya sabes cómo son los pueblos; El que más y el que menos se ha follado una vaca». Y lo mejor de todo es que las bromas vienen a cuento con respecto a lo que está pasando en la pantalla. Humor negro que sin duda se convierte en una de las perlas del juego.
MadWorldes uno de los mejores juegos de Wii, una compra obligada para todos los amantes de la acción más desenfrenada. Consigue aunar unos gráficos que dejan huella con una jugabilidad arcade rompehuesos y un control perfectamente diseñado para ser controlado con el wiimote+nunchuk. Platinum Games se ha cubierto de gloria. Lástima del desigual apartado sonoro, pero, en cualquier caso, hay que aplaudir a Sega por publicar un juego que, a pesar de su calidad, es potencialmente tan polémico.
Reflexión: Llama la atención que en una época en la que los Medios Difamadores Informativos atacan y atacan a los videojuegos, estén saliendo tanta cantidad de juegos extremadamente violentos y, además, de una grandísima calidad. Y encima, dos de los mejores, The House of the Dead: Overkill y MadWorld, son exclusivos para la consola más casual del mercado. Parece ser que la Industria del Videojuego ha madurado mucho más rápido que la opinión pública. Y yo que me alegro.