Eran los años 90, y en mi casa había una consola grande y gris llamada Nintendo Sytem Entertainment, AKA NES 8 bits. Pues bien, han pasado 25 años y al mirar al otro lado de mi cama, me encuentro con su versión minimizada, simplificada, emulada… NES Mini.
Amor retro
Dejando de lado que las reservas de verano han llevado a un stock limitado donde el cartel de “agotada” aparece en cualquier sitio web donde queramos buscarlas, NES Mini representa en forma de consola la palabra nostalgia.
Y sí, yo era bastante pequeña cuando jugué a ese Total Recall pero ahora puedo en ella jugar 30 juego, cifra que nunca se logró con la original en mi caso. Lo primero que hago, tras enchufarla es jugar a Super Mario Bros. El primerito, el que había jugado ya en miles portátiles de Nintendo (desde 3DS hasta o con Game Boy hace unas décadas) y me quedé sorprendida. La calidad es sublime, nunca había jugado a Super Mario así. Y menos a Pac-Man, a Bubble Bobble o The Legend of Zelda. Nunca es nunca.
La pena: que la longitud del mando es extracorta. Si tienes la suerte que tu cable HDMI logre salvar la distancia entre mesa y televisión, puede que disfrutes de la experiencia mucho más cómodamente. En mi caso, y gracias a que mi habitación también es extrapequeña, no ha habido problema. Pero es una de las pegas que más se oyen entre los usuarios de esta consola.
Un gadget difícil de catalogar
Por otra parte se abre el debate sobre si debemos o no considerarla una consola. En mi caso sí lo hago, dado que la consola original que emula hace mil que ya no está en mi domicilio. Además de poder tener la oportunidad de poder jugar a juegos con esa resolución y de una manera tan cómoda (con un mando escala 1:1, que es casi más grande que la propia NES Mini) me hagan considerarla una consola más. Quizás los detractores a este concepto se deba a que su uso es limitado: tan solo podremos jugar a esos 30 juegos y ya. Pero también esto es el comienzo de una serie de (hay quién lo llama amiibo) de consolas diminutas que están por venir.
No olvidemos que ya no disponemos, en la mayoría de los casos, de sus análogos monitores/televisores y del espacio mínimo para aglutinar las sendas consolas de Nintendo. Por ello, es una opción muy práctica de disfrutar lo mejor que nos ha dado la marca japonesa en estas últimas décadas. Una NES Mini merece el mismo derecho que una PS4 Pro… ¿o acaso nos emocionamos más en 4K?