Me estoy cuestionando muy mucho mi criterio y mi capacidad para razonar. Cada vez más creo que me estoy convirtiendo en una bitch del consumismo y del hype. Lo que antes me parecía obra del Diablo ahora me tienta muchísimo. Hablo, claro, de Xbox One. Ya no voy a comentar nada de Titanfall, que en todos lados lo ponen de BOMBAZO para arriba, sino de la enésima iteración de la saga de zombies de Capcom que, en muchos sentidos, lo empezó todo.
Si jugaste al primer Dead Rising difícilmente no te enamorarías instantáneamente del concepto de supervivencia zombie del juego de la compañía de Street Fighter. Esta tercera entrega, a pesar de que técnicamente no será un portento, promete recuperar ese espíritu de cachondeo padre que se diluyó en las anteriores entregas. Pero, además, se están cuidando detalles que uno podría asumir que son un peaje inevitable, como la repetición de zombies.
No para Capcom. Según cuenta el productor Mike Jones para CVG, no habrá 2 zombies iguales. Gracias a la creación procedimental, se diferenciarán por los colores de su aparencia, por su ropa, por sus malformaciones, por su peinado… Y el nivel de cuidado de la experiencia no acaba ahí, sino que tampoco habrá dos construcciones iguales, dado que estas han sido creadas manualmente.
Teniendo en cuenta los miles de zombies que pueblan el mundo de la que, para mi, es la exclusiva más interesante del catálogo de Xbox One, esa diversidad se agradece muchísimo. Esperemos que la, según algunos, regulera tasa de frames por segundo no afee la experiencia.
Via | Viciojuegos