Estoy convencida de que todos los aquí presentes podéis poneros en situación por un momento y pensar en ESE juego sobre el que ubicáis sin ninguna duda todos los detalles que lo rodean: cuándo lo comprasteis, por qué, dónde y en qué momento lo jugasteis por primera vez o lo que sentisteis al hacerlo sin importar el tiempo que haya pasado desde entonces. Para mí, ese juego sin duda es Kingdom Hearts.
Asi empezó todo
Recuerdo que primero lo alquilé en un ciber (ay, qué tiempos aquellos…) cercano a la casa de mis padres. Por aquel entonces no disponía de internet por lo que mis conocimientos sobre videojuegos se limitaban a alguna que otra revista comprada furtivamente y a conversaciones esporádicas con mis compañeros de instituto, así que aquella tarde escogí Kingdom Hearts por su portada. Lo devoré a contrarreloj y fue el primer videojuego en provocarme la más absoluta sensación de tristeza por haberlo terminado. Yo tenía 15 años.
Después llegó Chain of Memories de la mano de mi Game Boy Advance. Yo estaba preparando la Selectividad y recuerdo pasar todos los descansos de mis largas horas de estudio recorriendo El Castillo del Olvido. Se convirtió en mi vía de escape frente al estrés y a día de hoy me resulta imposible no sonreir cuando pienso en ello. Sobra decir que para cuando salió a la venta Kingdom Hearts II yo ya era una más que declarada fan de la saga. Pero entonces volvió la oscuridad. 13 años esperando. Casi media vida.
Una larga espera
No me malinterpretéis. Soy consciente de que en este tiempo hemos tenido la gran suerte de recibir juegazos como Birth by Sleep, 358/2 Days o Dream Drop Distance, todos piezas fundamentales en esta locura de puzzle que es Kingdom Hearts. Y aún así creo que los fans anhelábamos un juego «grande de verdad». Uno que continuara con las aventuras de Sora.
Pero por fin parece que esta larga espera llega a su fin. Hace algo más de dos semanas tuvo lugar la premiere internacional de Kingdom Hearts III en la ciudad de Los Ángeles, y si bien seguimos sin saber la fecha exacta de su lanzamiento (todo parece indicar que sería este mismo año) desde Square Enix aseguraron que la harían pública muy pronto, presumiblemente durante la celebración del E3.
Soy escéptica. Demasiados anuncios, demasiado suspense y demasiadas decepciones. Pero en ocasiones resulta difícil no dejarse llevar por la emoción y por eso mismo hace unos días decidí rejugar la saga al completo. Entonces surgió la gran duda: después de tanto tiempo… ¿soy ya demasiado mayor para jugar a Kingdom Hearts? Recordé un vídeo publicado por Square Enix con motivo del lanzamiento de Kingdom Hearts HD 2.5 ReMIX en el que fans de todo el mundo hablaban de lo que significaba la saga para ellos, y tras volver a verlo tuve clara la respuesta: nunca se es demasiado mayor para jugar (y disfrutar) Kingdom Hearts. Pero me di cuenta de algo más: en su día sí fui demasiado joven para entender bien su historia.
Mas que una cuestión de edad
Muchos coincidiremos en que nos encontramos ante una de las tramas mas complejas del mundo de los videojuegos. Una intrincadísima historia dividida en varios juegos (que por si fuera poco fueron desarrollados para diferentes plataformas), con saltos temporales y muchos personajes importantes y conectados entre ellos. Por eso no me cabe duda de que jugarlo a mis 31 años me ha dado una nueva perspectiva y me está permitiendo entender muchas cosas que en su día pasé por alto. Hace 15 años me enganchó su cara más alegre. Hoy soy consciente de su trasfondo más profundo.
Entiendo y respeto también a los detractores de la saga y a los que creen que no es para ellos. Llevar de compañeros de batalla a Goofy y el pato Donald y luchar por salvar a las princesas de la Luz puede ser un gran handicap si no vas con la mente abierta o no te enganchaste a la historia en su momento, pero la cortina Disney no deja de ser un medio para contarnos algo mucho más grande que eso. Llegados a este punto no puedo evitar pensar en la cantidad de entretenimiento que apartamos de nuestro camino por parecernos infantil a simple vista. Algunas series de animación como Hora de Aventuras o Steven Universe, por ejemplo, ocultan entre sus colorines tramas que dejarían boquiabierto a más de uno. Y lo mismo ocurre con libros y películas… Tal vez no haya edad para verlos y disfrutarlos pero sí para entenderlos de verdad.
Y es por eso que cada paso que he dado en estos últimos días ha supuesto revivir algo que ya conocía pero de una manera diferente. Mind-blown tras mind-blown, como dirían ahora los chavales.
Dejando los prejuicios de lado
Para todos aquellos que aún tienen dudas o les da vértigo empezar desde cero, se me ocurren muchos motivos para tratar de convenceros. Podría apelar a la nostalgia de revivir los mejores clásicos de Disney, al carisma de los personajes (con los que es imposible no encariñarse), su historia, sus sobrecogedoras cinemáticas y el talento de Yoko Shimomura al frente de una BSO de ensueño. Todo ello bien merece dejar de lado los prejucios de la edad para darle una oportunidad a esta maravillosa saga.
Porque no, no nos hemos hecho demasiado mayores para jugar a Kingdom Hearts. Simplemente hemos crecido lo suficiente para disfrutarlo de verdad.