No me daba buena espina la adaptación protagonizada por Mark Wahlberg de ese videojuego de culto que es Max Payne, pero tras ver el trailer tengo que reconocer que me han venido muchas ganas de ir a verla. La representación de la droga en forma de diablo, la espectacularidad – previsible – de la acción y el tono oscuro generalizado me encantan, aunque la aparición de una fémina me hace creer que se trata de una adaptación de los dos primeros juegos y no del que considero como único realmente bueno de la franquicia. Para mi, el primer Max Payne consiguió algo grande y el segundo no hizo más que quemar la licencia.
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