Opinión con spoilers: Resident Evil 7: Bienvenido a la ¿familia?

En estos días post Resident Evil 7, me vienen las primeras reflexiones sobre el juego. Además de una partida corrupta que llevó a la visualización del final a través de Youtube (sí, esto es imperdonable, pero lo rejugaré con más tiempo) he podido pensar un poquito más sobre lo que nos quería decir la última entrega de esta saga.

El terror absoluto es una puerta entreabierta

ATENCIÓN: ESTE TEXTO CONTIENE BASTANTES SPOILERS ASÍ QUE TE RECOMENDAMOS ENCARECIDAMENTE QUE NO LO LEAS A NO SER QUE HAYAS TERMINADO EL JUEGO

SPOILERS INCOMING

Y veo en él un gran miedo a la familia, al compromiso, a hacernos mayores. La visión de Ethan, de una familia cuya cena principal tiene pinta de ser de partes humanas, cuanto menos, es la de un hombre que se ve en la encrucijada de ir más allá de sus propios límites para salvar a su mujer.

Son locos de verdad. Locos que se sientan a la mesa y te sueltan un “bienvenido a la familia” o un “cena bien” que nos deja más picuetos a nosotros mismos como jugadores. Cada uno tiene una faceta, el padre es un asesino, la madre es una chaser (perseguidora de manual), mientras que el hermano un obsesivo-compulsivo y la tía Dory un misterio que se nos resolverá solo al final.

Sin embargo, no podemos si no percibir una originalidad a la hora de mostrarnos el conflicto. De encontrar en cada puerta (al cerrarla) una forma de salvarnos a nosotros mismos. Como si de un escudo en los Souls se tratase, mantenemos al enemigo fuera, al otro lado de la puerta. Y también se habla de la supervivencia, de hacer de McGyver con lo que tengamos para poder enfrentarnos a ello.

Mucho más de lo que parece (con MÁS SPOILERS)

Mientras tanto, se nos muestra otra historia alternativa: la de Eveline que tiene que ver más aún con la familia. Porque mientras que los Baker no tienen nada que ver con Mia, salvo compartir la infección de Eveline, esta niña no tiene ninguna referencia más allá del laboratorio donde se ha estado criando.
Y tal como nos ocurre a todos: solo sabemos lo que tenemos cuando lo perdemos. Seremos humanos siempre que no percibamos una falta de humanidad. Esto se muestra en la familia a base de canibalismo, instintos asesinos (e incluso suicidas) por que Eveline así lo ha querido. Haciendo de los Baker su propia cobaya personal, ella intenta redimir su falta de cariño, de calor corporal, de infinita soledad a través de la posesión de una familia que vivía cerca del hundimiento del barco donde se encontraba.

Terror a muchos niveles

Tenemos que ver esta nueva entrega como una forma muy directa de decirnos algunas cosas que no nos gustaría vivir. Como que tu pareja se convierta en un ser desconocido, que tengamos que tomar decisiones entre quién dice ayudar (no olvidemos que Zoe no atraviesa esos pasillos y esas puertas, sino que tan solo nos guía hacia ellas) y la persona que nos ha hecho atravesarlas a base de sangre fría, como Mia.

Resident Evil 7 nos habla de la falta de desconocimiento que se esconde detrás de lo visible. Qué se esconde tras cada puerta, tras la esquina de cada pasillo, tras la cara de una persona que creíamos conocer. Por ello, nos deja la moraleja de que no solo Eveline se odia y se desconoce, sino que nosotros mismos también nos desconocemos. Y por tanto, también a los que nos acompañan. Y eso, amigos, da mucho más miedo que cualquier zombie.

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