No hace demasiado, los juegos indies estaban desaparecidos en combate. Echando la vista atrás no cuesta recordar cuando empezaron a florecer de nuevo, recuperando el brío de los años 80 en los Amstrad, Spectrum, MSX y cia.
Adaptarse o morir
Hoy en día, sin embargo, la sobre oferta de juegos indies, más que una muestra de buena salud, debería tomarse como una alerta, un peligro para el ecosistema de creadores – jugadores – publishers. El cierre de Steam Greenlight es la indicación de que, al menos, una parte de la Cadena Jugable, está reaccionando. Pero es evidente que la sobreproducción o sobreoferta afecta también a juegos de una dimensión mayor: los triples A.
Estamos viviendo meses en los que videojuegos que conseguirían el GOTY al lanzarse en años separados, coinciden en fechas de lanzamiento. Títulos como Persona 5, Nier Automata, Mass Effect Andrómeda o Zelda Breath of the Wild son videojuegos únicos con muchos años de desarrollo detrás y una producción de un nivel TOP.
A nivel económico, citando a la Wikipedia, la Superproducción se define como: «la acumulación de inventarios invendibles en manos de las empresas.» Es evidente que la capacidad adquisitiva de los jugadores es limitada, y que esta, ante el exceso de oferta, es incapaz de alcanzar a adquirir todos los productos – en este caso Videojuegos – que se lanzan al mercado. Esto provoca un efecto negativo para la Industria. Las empresas se ven obligadas «reducir la producción, reduciendo así el empleo, que a su vez reduce la demanda de los inventarios en exceso.»
Hay un indicativo que se ha interpretado como algo positivo para la comunidad de jugadores, pero que es, en mi opinión, una muestra de debilidad de la Industria: la bajada de precios. «La reducción general del nivel de precios -deflación- causada por la ley de la oferta y la demanda también obliga a las empresas a reducir la producción a medida que disminuyen los beneficios. La reducción de beneficios hace que ciertas áreas productivas no sean rentables».
Una alerta malinterpretada
Así, que los grandes videojuegos bajen de precio a las pocas semanas – o incluso días – de lanzamiento no debería interpretarse como una noticia positiva por parte de la comunidad de jugadores. Al contrario: en mi opinión, es una alarma de la salud de la Industria, que ha adquirido un ritmo insostenible que repercutirá inevitablemente en la calidad y cantidad de los videojuegos lanzados en el futuro.
Es cierto que «Según la ley de Say el simple hecho de la formación de un producto abre, desde ese preciso instante, un mercado a otros productos.» Pero a tenor de cómo reacciona el mercado a nivel de precios, es evidente para mi que el mercado de los Videojuegos, en la actualidad, se encuentra en una situación de Sobreproducción que puede conducir a una Crisis en los venideros años.