Ayer me desperté de muy buen humor viendo como los aficionados a Call of Duty se volvían locos con el tráiler de Infinite Warfare, una fiesta a la que me uní con la confirmación de la existencia de Call of Duty Modern Warfare Remastered.
Sin embargo, poco me ha durado la alegría. Ya me parecía raro que esta gente fuera a darme buenas noticias, porque parece que todo lo que tiene que ver con Call of Duty por parte de esta compañía tiene trampa, y en el streaming que se celebró ayer por la noche supimos, de una vez por todas, que la remasterización de Modern Warfare sólo estará disponible para aquellos que pasen por caja y se compren las ediciones Deluxe o Legacy de Infinite Warfare.
¿Qué significa esto? Pues que como mínimo vamos a tener que gastarnos 80€ (en la versión de PC que es la más barata) para poder disfrutar de un juego de hace no pocos años, por mucho que ahora esté remasterizado. Pero eso no es todo, porque el truco, lo turbio de este asunto es que, como no podía ser de otra manera, esto servirá para maquillar las ventas de Infinite Warfare, que subirán como la espuma al no haber otra forma de conseguir la remasterización de este clásico que supuso un antes y un después en la saga, y en buena parte de los juegos del género.
Evidentemente, no he hecho un gran estudio social, ni una gran encuesta, pero a nivel particular me he encontrado con muchísima gente a la que le llama muy poco la atención Infinite Warfare, otro refrito gráfico ambientado esta vez en un futuro muy muy lejano que poco llama ya la atención de buena parte de los jugadores que parecían ver un rayo de esperanza con algunos grandes detalles que nos dejó Black Ops III.
Humildemente, creo que ni la propia Activision tiene demasiadas esperanzas con el juego y por eso se ha sacado esta maniobra de la manga, ¿queréis el mejor CoD de todos los tiempos? Pues os tenéis que comer también esta entrega anual para que yo pueda seguir justificando el sacar un juego por año, sin importar la calidad, novedades o una buena base gráfica o jugable.
No voy a decir lo de siempre, todos los que me conozcáis sabéis lo que opino, Call of Duty necesita de una vez un descanso para convertirse de nuevo en un juego puntero, pionero, que sacuda los cimientos del género tal y como lo hizo este CoD 4 que ahora nos llega con este lavado de cara, acompañado del enésimo clon que comienza a causar fatiga y sopor hasta entre los aficionados más entregados a la saga.
El movimiento del que os hablo, me parece una barbaridad, algo provocado por el miedo que la propia Activision puede tener ya que, Call of Duty Modern Warfare Remastered, de venderse por separado, estoy convencido de que dejaría en evidencia el número de ventas de Infinite Warfare.
¿En serio es necesario tomar estas medidas? ¿De verdad no se pueden tomar un año o dos de descanso tras sacar una entrega tan buena como Black Ops III en la que se han asentado millones de jugadores y que ha logrado reenganchar a un buen número de usuarios?
Activision, no me toques las palmas que me conozco, yo, desde luego, no voy a caer en tu trampa, en tu movimiento que servirá para engordar las cifras de un producto en la que ni tu misma tienes fe en que pueda obtener un buen resultado.