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Opinión: PES, por favor, olvídate de licencias

Soy un PESero de la vieja escuela. Con esto no quiero decir que sea un gran jugador de PES, en el sentido de que sea bueno jugando. Si no has jugado nunca a PES 2016, por ejemplo, es posible que te gane, pero si le das regularmente, no creo que te suponga un reto superarme en un partido amistoso.

PES, ¿la saga de juegos de mi vida

Lo mismo podría decir de PES 6, seguramente el juego al que más he jugado en mis 30 años de jugador de videojuegos. Que se dice pronto. Jugar más no te hace ser mejor jugador, necesariamente. La práctica conduce a la perfección, sí, pero solo si la práctica está bien realizada, controlada, medida y enfocada a mejorar partida a partida. Yo siempre he jugado para divertirme, y cuando he tenido la posibilidad de participar en torneos, el intentar jugar de forma más profesional siempre ha jugado, valga la redundancia, en mi contra.

Tras dejar claro que soy un patata a PES, aunque le clavé una vaselina a Juantxi desde dentro del area pequeña cof cof cof, lo que me gustaría reivindicar es que esas horas/días/meses de vicio me han servido para tener más o menos claro qué es lo que me aporta a mi como jugador de PES y qué es lo que, al final, no pasa de anécdota. Para mi la Master League es fundamental y, con ella, el simulador. El modo My Club es curioso, sí, pero no pasa de ahí – siempre IMO. Eso sí, su sistema de fichajes es surrealista, más propio de una compañía que mira algo más que de reojo a los Pachinko que de una empresa que está centrada en crear un gran juego de fútbol.

PES ha vuelto

PES 2016 supuso un retorno a los orígenes. Muchas cosas que se habían ido perdiendo por el camino desde los tiempos de PES 6 volvieron para salvar a un simulador que muchos creíamos perdido. Tiene mucho margen de mejora, sí, y por eso tengo ganas de probar PES 2017. Pero la noticia del acuerdo de PES con el FC Barcelona me da mala espina. Vaya por delante que soy culé, y que cuando veo el tráiler que se ha hecho público hoy y escucho el himno del Barça, se me pone la gallina de piel. Pero el PESero que tengo en el interior me dice que eso es una señal de que las cosas, quizá, no se están haciendo bien desde Konami.

Y es que nunca he comprado un PES para poder jugar con licencias. Es más, mis mejores recuerdos jugando a esta serie están protagonizados por jugadores falsos. Primero, por las adaptaciones inocentes de los nombres de los cracks mundiales, como Ronarid por Ronaldo, R. Larcos por Roberto Carlos, Rui Casta por Rui Costa… Años más tarde, por la plantilla que venía a sustituir a los jugadores reales, una colección de jugadores inventados que no tardó en apoderarse del imaginario de toda la comunidad de PES. Castoro, Valery, Huygens… una colección de currantes del balón que me robaron, como a tantos otros, el corazón.

Acabando…

Poco me importaba enfrentarme a Merseyside Red o a North London en vez de al Liverpool o al Arsenal. Lo que importaba era la jugabilidad. Y aunque PES 2016 ha hecho muchas cosas bien, me gustaría que Konami se centrara al 100% en acabar de refinar el simulador en vez de perderse en colocar lacitos a un paquete que nunca ha podido ni podrá competir con FIFA a nivel de producción o licencias. Zapatero a tus zapatos.

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