Las nuevas herramientas a disposición de los desarrolladores no sólo significan más polígonos por centímetro de personaje o el acercamiento constante al Uncanny Valley tan temido. A veces los esfuerzos van en la dirección de refinar lo que ya teníamos hasta el extremo. A saber: el preciosismo 2D ha alcanzado cotas bastante elevadas gracias a las obras realizadas con el Ubi Art como los dos Rayman de esta generación, Valiant Hearts o Child of Light, entre otras.
Ahora sólo queda seguir perfeccionando la formula y experimentar: Cuphead lo intentará en el futuro con ese estilo cartoon que posee como principal atractivo pero hoy tenemos entre nosotros a Ori & The Blind Forest, un indie que viene con la intención de recuperar las sensaciones de los plataformas de los siglos pasados sin olvidarse de los avances actuales. Bienvenidos al bosque.
En el marco del evento ID@Xbox donde pudimos conocer varios desarrollos españoles en Xbox One, también tuvimos la posibilidad de probar a nuestras anchas Ori & The Blind Forest. Si habéis estado al quite, ya os habréis enamorado antes pero si no, Ori & The Blind Forest es un metroidvania 2D que tiene como bases el plataformeo difícil y un aspecto gráfico que homenajea a obras de estudio Ghibli. Thomas Mahler, director del juego, también ponía como influencia a El Rey León y, especialmente, a la Princesa Mononoke en su concepción. Lo curioso de Moon Studios, el equipo detrás del juego, es que sus componentes están desperdigados alrededor del mundo, haciendo bastante difícil la coordinación entre ellos pero también facilitando la posibilidad de buscar perfiles concretos sin necesidad de desplazarlos a una sede física.
Nos ponemos a los mandos de la versión final de Ori & The Blind Forest y el resultado no desmerece en nada a lo descrito. Con un control preciso y a prueba de balas, empezamos despertándonos en un bosque donde nos familiarizaremos con los controles básicos de Ori: saltar, correr y atacar en estos primeros compases, viéndonos atacados por algunos enemigos que harán algo difícil nuestro progreso, más aún cuando todavía no tenemos mucha vida y morimos en tres toques.
Esto no es demasiado impedimento ya que podemos crear checkpoints continuos con Ori siempre que tengamos suficiente energía, ya que éste podrá crear el llamado Soul Link que le permite guardar partida y mejorar sus habilidades en cualquier lugar del escenario. Una característica que huye del punto de control continuo para ceder al jugador la tarea de gestionar los recursos adecuadamente, de manera que no se encuentre vendido al avanzar durante mucho rato. El respawn es casi inmediato haciendo de la muerte casi un tramite de repetición del escenario en lugar de una verdadera penalización.
En nuestro avance nos encontraremos puertas que nos impiden progresar a no ser que tengamos la energía necesaria para traspasarlas. En ningún momento esta recolección se hace pesada ya que los retos son suficientemente desafiantes como para mantener el interés mientras recorremos los escenarios de arriba a abajo como buen metroidvania. Porque la exploración es importante si queremos recuperar los poderes de Ori: desde saltar por las paredes hasta conseguir nuevos ataques que nos permitan llegar a nuevas zonas, Ori & The Blind Forest nos motivará a descubrir cuál es la próxima habilidad que nos permita progresar en el bosque en el que nos encontramos. Si alguna vez os perdéis, hay un precioso mapa bastante claro que permite situarse sin demasiado esfuerzo. Todo un acierto.
En lo que pudimos probar de Ori & The Blind Forest, teníamos tres zonas bien diferenciadas que nos permitían situarnos en diferentes puntos de la aventura: el primero era el ya citado bosque donde nos familiarizábamos con el control de Ori, mientras que los demás introducían nuevas mecánicas que permitían enriquecer el ritmo de la aventura.
En el segundo escenario por el que transcurría nuestra pequeña aventura, podíamos impulsarnos con los proyectiles que lanzaban los enemigos apostados en las paredes a la vez que podíamos hacerles rebotar de manera que rompieran diversas estructuras, desvelando nuevos caminos y mejoras para nuestro personaje. Por último, nos lanzamos a explorar unas ancianas ruinas gracias a un artefacto que permitía caminar por las paredes. La dificultad radicaba en la alteración del control además de nuevas mecánicas que implicaban impulsos con los cambios en la gravedad que realizábamos continuamente. La parte más difícil de la demo y también la más divertida de todas por el desafío que se le presentaba al jugador.
¡Qué decir del apartado gráfico y sonoro! Como habéis podido ver en las capturas, ambos son impecables. El primero por su detallismo y lo onírico de sus escenarios. El segundo por esa aura de misticismo y misterio que inunda todo el juego. Ori & The Blind Forest suena a éxito, devolviendo a Microsoft a una senda que no debería haber abandonado. Esperemos que nada se tuerza en la versión final que podéis catar ya en el bazar de Xbox y también en PC. ¡Os esperamos en el bosque de Ori!