Icono del sitio Akihabara Blues

Paren el barco Ouya que yo me bajo

Dicen las abuelas que nada bueno puede pasar después de las 2 de la mañana. Y posiblemente sea cierto. Hace unos días, en un momento de inspiración patrocinado por Absolut, tras una interesantísima velada con TheNorritt y con Bar0net de la que no recuerdo mucho más que el placer de su compañía y una conversa más o menos profunda sobre qué significaba Ouya para el sector de las consolas.

Mi posición era de total y absoluto apoyo a una consola que, según lo veía yo, podría convertirse en el estandarte de los videojuegos indie. Esperaba que las desarrolladoras detrás de juegazos como Cave Story+, Braid o Minecraft la abrazaran y se despidieran del resto de plataformas por siempre jamás a favor de un sistema sin aparentes limitaciones.

Cuando llegué a casa, tras el subidón de una sesión de debate en la que juraría que al menos Bar0net estaba despierto, fui consecuente con mis palabras y apoyé el proyecto de Ouya. Confié casi 150 dólares a una consola que ni siquiera prometía nada en concreto, sino que insinuaba algo tan vago como «devolver los videojuegos a la TV». Aunque como lema de Casa de Juego de Tronos no estaría mal, si intentas promocionar tu producto con algo así tiene que ser algo más que una frase para quedar cool, alternativo y desmarcarte de lo mainstream. Y, a las primeras de cambio, Ouya ha demostrado no estar a la altura.

¿Qué sentido tiene que un servicio como OnLive sea un argumento de cara a apoyar Ouya? OK, estamos hablando de una plataforma que está basada en Android, por lo que se puede beneficiar de lo calado que está el OS de Google. Pero una consola como Ouya, que está comenzando y que cada nuevo paso que da define su futuro – o la falta de él – no puede vender a sus benefactores – incluyendo los potenciales – la inclusión de un servicio de juego del que ya es posible disfrutar desde casi cualquier tablet, móvil u ordenador. Con OnLive, Ouya no se está desmarcando de lo establecido, sino que está matando los sueños de los que pensábamos que iba a ser algo diferente. ¿Indies? Pocas cosas hay menos indie que un servicio como OnLive.

En fin, que no cuenten con mi dinero, yo ya he retirado mi apoyo y me muestro más escéptico que nunca con una consola que creó hype de donde no había nada y que, con sus primeros pasos, se está demostrando incapaz de mantener la ilusión del respetable. O al menos la mía.

Salir de la versión móvil