Estar semi-enganchado a los videojuegos, y la edad (uno que se hace cascarrabias, viejo y sobre todo, tacaño), son elementos ciertamente incompatibles, debido principalmente a que uno se encuentra en ese difícil momento de la vida de cualquier gamer cuasi cuarentón, donde se busca el regocijo continuo en los tiempos pasados (que siempre fueron mejores, digan lo que digan), intentando recuperar el sentido, ya casi perdido, de divertirse jugando a esto de las maquinitas.
Y mientras busco tan afanosa como incrédulamente en qué punto se perdió ese sentido, encuentro resquicios de respuestas en una pregunta: “¿Por qué coño 4 malditos mapas multijugador cuestan casi 12 leuros?” (acto seguido recuerdo que equivale al montante económico de 4 horas delirantes con mi jefe). A todo esto, muchos se estarán preguntando ya: “Nadie te obliga a comprártelos”. Pues no, estáis equivocados… La comunidad del anillo te obliga.
Si sois de los que dedicáis vuestro tiempo libre a masacrar gente por los campos de dios, tarde o temprano os encontrareis que la mayoría de vuestros belicosos compañeros han adquirido el pack, y que con más asiduidad de la que os gustaría, quedaréis fuera de la partida por no haber desembolsado los malditos 800 créditos revolucionarios.
Pensado, dicho, y hecho. Este fin de semana, algunos de los “discípulos” de nuestro aguerrido clan se ha quedado fuera de las partidas por no rascarse los bolsillos
(se siente). Y he aquí donde radica el problema,
y donde el viejo tacaño, se vuelve conspiranoico ¿Qué pasa si a esta gente le da por sacar mapas -que no valen su precio- cada
dos por tres, “casi” obligando a los jugadores online a comprarlos, si no quieren quedarse fuera del panorama online?
Entonces, te das cuenta de que en cierto modo, tienen la sartén por el mango, y que estás a merced de sus designios económicos, con cada pack de mapas “o lo compras o a la puta calle”. Sí, hay gente que no usa esos mapas, pero es casi inevitable que ellos también caigan con el tiempo en la espiral de “a
la puta calle”. Después de este necesario e inevitable pataleo por el desorbitado precio del maldito pack, y ya con mi prejuicio bastante tocado, aquí tenéis un corto recorrido por los dichosos mapas:
Riachuelo: El mejor mapa del pack, gráficamente espectacular y quizás el más destacado de todo el juego. Muestra un relieve del terreno inhabitual en COD4, gracias a un abrupto cañón (geográfico -of course-), que compone el epicentro de todo el mapeado, a la vez que lo convierte en uno de los más extensos al aire libre. El sueño húmedo de cualquier campero. Delicatessen hasta el punto de que se disfruta paseando con los amigos.
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Matadero: como su nombre indica, el sitio ideal para unas divertidas y sanguinolentas partidas a degüello. El más reducido de todos, una mezcla de “cargamento” y “cuenta atrás”. Extraído directamente del modo historia (el primer nivel de entrenamiento del juego), lo cual demuestra que el herniamiento creativo.
TV: Un inmenso complejo de oficinas de una cadena de tv, de varias plantas, y de ambientación (al igual que el siguiente mapa) totalmente distinta a lo habitual en COD4. Muy bien estructurado, divertido, y muy amplio. Ideal para desintoxicarse de tanta arena, polvo y yerbajos. Podría ser perfectamente un mapa del reciente Rainbow Six 2.
Chinatown: Ambientado, como su nombre indica en una barrio chino, nocturno, lleno de luces y calles, pero que desentona excesivamente con el estilo COD. Gráficamente correcto, pero fuera de lugar, y sin lugar a dudas el más flojo del pack.
Resumiendo lo dicho, se me antoja como un pack tremendamente escaso, que no vale ni de lejos lo que cuesta, y que al final terminarás comprando casi por obligación si usas mucho el modo online (que va a ser que sí). Una petición para la próxima sableada: más mapas (de 6 a 8), del
estilo Riachuelo y sin idas de bolas chinescas, y todo por los mismos 800 “points”.