Todos los fans de Hideki Kamiya estábamos esperando este momento como agua de mayo, y finalmente hoy he tenido la oportunidad de ver la primera demostración jugable de Scalebound en el showfloor de Microsoft en la Gamescom 2015, un título que está llamado a ser uno de los motivos de compra de una Xbox One.
Porque no todo vale para sorprender al respetable, pero este estudio se está postulando como una de esas compañías que no deja de mejorarse a sí misma. Imaginad un Monster Hunter mezclado con algunos aspectos de Xenoblade Chronicles y un aderezo por parte de Kamiya que lo occidentaliza sin convertirlo en un título de acción del montón.
Es cierto que Quantum Break y Crackdown eran junto con éste el tridente de oro para los de Phil Spencer, pero Scalebound está un par de peldaños por delante, y esos 20 minutos en los que he estado sentado frente a ese televisor con el ceño fruncido han sido motivos más que suficientes para darme cuenta de lo colosal y bien acabado que está el título que hoy nos concierne.
El propio representante de Platinum ha desvelado que en palabras de Kamiya es éste el juego que siempre quisieron realizar, pero que nunca fueron capaces por diversos motivos. Falta mucho para que lo podamos jugar, concretamente otoño de 2016, pero lo visto hoy nos tranquiliza; parece que llegarán a tiempo y todo lo enseñado estaba en una fase bastante sólida, aunque no podemos obviar algunas caídas de frames algo incómodas.
La paleta de colores es enorme, algo saturada pero muy viva; el hecho de tener que ir forjando una relación con el dragón personalmente me ha convencido, porque tanto dentro como fuera del combate tendremos que tener en cuenta a esta personalizable criatura, cuyas variaciones no se limitarán al apartado estético sino también a su estilo de combate, formas de interacción con el escenario y sus armaduras, porque las pieles que recojamos servirán para hacer más invulnerable a nuestro pupilo.
En lo que respecta a nosotros, el protagonista será una suerte de cazador con las mismas pretensiones que en Monster Hunter, la jugabilidad es mucho más Platinum, es decir, con velocidad, agilidad y mucha acción desenfrenada; la interacción con los elementos que nos rodean también sacan los colores a la licencia de Capcom, tanto es así que incluso el sistema de mejora de amas tiene pinta de ser muy profundo y variado tanto en tipos como en combinaciones.
Scalebound es también un viaje, con un cierto componente argumental que no han querido desvelar; es un viaje escrito en un mundo ingente, con una distancia de dibujado realmente espectacular, como el resto de los elementos que conforman su puesta en escena. Las cinemáticas son gráficamente muy potentes, así que el sabor de boca que nos deja lo nuevo de Platinum es que Xbox One será privilegiada por recibir una obra como ésta. ¿La culminación de Hideki Kamiya? Es posible, porque todas las flaquezas son mínimas en comparación con sus virtudes.