El pasado día 8 de marzo tuvo lugar la presentación oficial de God of War en Madrid. Un evento con el que Sony presentó una de sus grandes bazas para este 2018, de la mano del mismísimo Cory Barlog, máximo responsable de la franquicia y Liliana Laporte, directora general de PlayStation España.
Los gélidos aires del norte llegaron al cuartel Conde-Duque, convirtiendo el centro cultural de la capital en el punto de encuentro perfecto para los fans del título. Decoración nórdica, una yincana con premios para los asistentes e incluso un photocall donde podíamos posar con el todopoderoso Kratos y su hijo Atreus.
Una puesta en escena que llegaba a su culmen con un coro que interpretó en directo el magnífico tema principal del juego. Tras la actuación, era el turno de Cory Barlog, que ofreció una interesante entrevista donde se comentaron varios aspectos sobre el desarrollo de esta nueva entrega.
Rumbo al Valhalla
Una de las claves de God of War es el salto a la mitología nórdica, dejando atrás la más que conocida ambientación griega presente en los anteriores títulos. Desde Santa Monica Studio, han elegido ir más allá con esta nueva temática para la saga, situando a Kratos en una época pre-migración, alejándolo de la etapa vikinga afirmó Barlog. De esta forma, como es un periodo con escasa información, el equipo de desarrollo ha elegido darle un toque más personal, teniendo más libertad creativa.
Aun así, era inevitable no preguntar sobre el futuro de la saga y la acogida de otras culturas, es por ello por lo que no se cierra ninguna puerta para ninguna mitología y todas son candidatas para estar en God of War.
Tras cinco años de desarrollo, todo el equipo de Santa Monica Studio se ha encontrado con un gran desafío y un arduo trabajo. Cory Barlog ha sido influenciado por su hijo, de ahí viene esa relación entre Kratos y su primogénito. Si en anteriores entregas el fantasma de Esparta luchaba contra ese monstruo que estaba con él, este nuevo Kratos lucha contra su propio pasado para ser un ejemplo para su hijo.
Esto no es Esparta
Tras la renovación que ha tenido la saga con el cambio de ambientación, también le ha tocado el turno al sistema de combate, que se ha visto afectado en esta nueva entrega con importantes cambios. En palabras del mismo Cory Barlog, la estrategia es un factor muy importante en el combate del título. Y es algo que nos ha quedado en constancia tras coger el mando, ya que pudimos probar el juego de forma extensa tras la presentación.
Si has podido disfrutar de la saga, una de las primeras cosas que nos llamará la atención de inmediato es el cambio de cámara, que se situará detrás de la espalda de Kratos, de una forma cercana y que además podemos mover con el stick derecho. Un importante cambio si tenemos en cuenta que la franquicia siempre ha tenido una cámara fija que se situaba desde la lejanía para ofrecer frenéticos combates.
En cambio, esta nueva cámara quiere aportar nuevas experiencias tanto jugables como narrativas, con un sistema de combate mucho más pausado donde incluso habrá que mantener las distancias con algún que otro enemigo. Aunque eso no impedirá que el fantasma de Esparta utilice sus ejecuciones para acabar con sus oponentes de la manera más bestia posible o que la ira de nuestro semidiós aumente por momentos y desate su furia espartana para repartir golpes a diestro y siniestro.
Kratos seguirá atacando con golpes rápidos o de forma más contundente, que se podrán combinar para realizar combos, pero ahora también es capaz de esquivar, además de utilizar su escudo para protegerse e iniciar contraataques. Estas nuevas mecánicas las hemos podido comprobar de primera mano enfrentándonos a los diferentes enemigos y dos jefes, que atacarán tanto cuerpo a cuerpo como con ataques a distancia y magia, que por supuesto habrá que esquivar manteniendo las distancias.
Además de estos nuevos movimientos defensivos, contaremos con nuestra hacha Leviatán como gran novedad en la parte ofensiva, que podrá ser lanzada contra los enemigos y regresar al instante si lo deseamos, siendo capaz de congelar a uno de nuestros oponentes si se queda incrustada en él. Un arma que se podrá utilizar tanto en combate como en situaciones donde tendremos que resolver algún que otro puzle para avanzar, siendo una de las mecánicas jugables estrella del nuevo título, ya que, por ejemplo, se requerirá su uso para activar diferentes mecanismos que permiten desde levantar un puente o frenar en seco una pared llena de pinchos.
Padre e hijo preparándose para el Ragnarök
Junto a nuestra poderosa arma, también nos acompañará en nuestro viaje nuestro gran aliado, Atreus, con el que tendremos un poderoso vinculo que tendrá un gran impacto en la historia y jugabilidad. Nuestro primogénito formará parte del combate y podrá atacar bajo nuestras ordenes, aunque muy de vez en cuando también tendremos que protegerle de alguna que otra amenaza.
Tras más de dos horas de juego, nuestro joven protagonista solo estuvo en aprietos una sola vez, así que, tiene toda la pinta de no ser una gran carga en nuestro viaje, siendo de ayuda tanto en la batalla, como para atravesar obstáculos que, en un principio, Kratos no podrá acceder. Una relación que nos recuerda mucho a la de Joel y Ellie en The Last of Us, todo parece indicar que la obra de Naughty Dog ha influenciado a God of War.
Kratos y Atreus iniciaran un viaje que promete estar lleno de peligros y momentos delicados, es por eso que ambos tendrán que crecer personalmente e incluso físicamente con nuevas mejoras por nivel como por ejemplo el aumento de vitalidad, fuerza y resistencia. Junto a la mejora de atributos también potenciaremos nuestras armas con runas, adquiriremos nuevos combos, habilidades e incluso vestimentas que nos darán mejoras y tendrémos que farmear con los objetos que nos encontremos por el escenario.
Una renovación digna de un Dios
Tras esta primera toma de contacto con God of War, las sensaciones no pueden ser mejores con el regreso del fantasma de Esparta. God of War: Ascension supuso un punto de inflexión, la fórmula de la franquicia estaba agotada y condenada a renovarse. Es por eso que esta nueva aventura es un lavado de cara más que necesario, siendo un gran soplo de aire fresco y un ejemplo de cómo reinventar una saga.
Tocará esperar al día 20 de abril para conocer el resultado final, pero lo que hemos vivido en tierras nórdicas nos ha gustado mucho, el cambio de ambientación es un acierto muy grande y estamos deseando adentrarnos en ese nuevo mundo repleto de amenazas, que por supuesto, destrozaremos con nuestra ira espartana.
Solo pedimos y esperamos que Atreus no nos dé tanto la lata, aunque claro, no es fácil ser hijo de un Dios…