El tiempo libre es malo. Y peligroso. Muy peligroso. Tan peligroso que, según lo veo yo, la mejor manera de evitar el fin del mundo es acabar con él. ¿Priorizar el problema del Calentamiento Global? Ni de coña. Primero hay que cambiar las leyes laborales para que, como mínimo, todos nos pasemos 140 horas a la semana picando como borregos. Porque si uno sólo de nosotros, aunque sólo sea uno, tiene tiempo libre, puede que construya algo como ésto. Y entonces ríete tú de Corea del Norte y sus petardos de larga distancia. Que Kojima te pille confesado como a un bicho de éstos le de por cargarse el software de Project Milo como firmware…