PSP quiere emular la última consola de Sega con la aparición de una recopilación de los dos Power Stone que aparecieron para Dreamcast. Pero lo que en una sobremesa era divertido, rápido y vibrante, especialmente para cuatro jugadores, en una portátil se convierte en un chasco que tan solo salvaría la remota posibilidad de que cuatro tíos con cuatro consolas y cuatro juegos iguales se encontraran en el mismo lugar. Y la verdad, es que se nos ocurren infinitas posibilidades mejores si se dieran esas circunstancias. Un intento de port más en el que la disminución de la calidad de las texturas, la profundidad de los escenarios y el obligatorio reescalado de los personajes hace que sea vea poco más que borrones, uno más a apuntar al apurado catálogo de PSP. Galería de imágenes