Primeras impresiones de Wild Rift

League of Legends es un juego al que he dedicado muchas más horas de las que estaría orgulloso de admitir; para que os hagáis una idea, llevo jugando desde que pusieron la segunda temporada clasificatoria. Es por esto que sentía mucha curiosidad por conocer como había adaptado este videojuego a la plataforma móvil y probar este Wild Rift.

Desde tu bolsillo

Wild Rift no pretende sustituir a League of Legends, sabe que no puede cumplir tal titánica tarea, pero ha sabido mimetizarse con su nuevo hábitat con mucha destreza. Para ajustarse a la instantaneidad de los juegos móviles han decidido reducir la duración de las partidas, que en la grieta original pueden llegar a hacerse eternas. A través de la eliminación de ciertos elementos y la simplificación de otros, Riot Games ha hecho un juego muy ameno.

Por ejemplo, en Wild Rift no hay inhibidores, destruir las torres que los protegían dejará el nexo al descubierto y nos proporcionará el mismo efecto que tienen los inhibidores en el juego original. Por otro lado, la tienda y las runas se han simplificado para que aquellos jugadores novatos que se puedan perder en el mar de objetos y elecciones de las mismas. No obstante, si quieres sumergirte, tienes la opción de hacerlo, al menos en la tienda.Partida con Olaf

Controles adaptados para cualquier dispositivo

Se maneja correctamente, los controles son los típicos, un joystick virtual que si tienes un móvil no muy grande y una mano de tamaño medio (como es mi caso) no te permitirá ver la mitad de la pantalla y una serie de botones virtuales para tus objetos y habilidades. Si algo me molesta de esto es que tus habilidades, objetos y hechizos de invocador están tan pegados entre sí en la esquina inferior derecha de la pantalla que no es muy complicado pulsar uno intentando accionar otro. Además, siento que al pulsarlos no responden físicamente como quisiese, aunque esto puede ser culpa de mi falta de familiaridad con la plataforma.Partida con Twisted Fate

Un formato bonito y portátil

Las animaciones, aspectos y campeones tienen una calidad altísima, diría que es el aspecto que más resalta de Wild Rift. Visualmente se ve genial e incluso en móviles no muy potentes es capaz de alcanzar los 60 fotogramas por segundo, a un coste bastante alto de batería he de decir.

Pese a sus pequeños fallos derivados de la adaptación, Wild Rift es un juego divertido que cumple con las expectativas sobre él y te permitirá matar muchas horas en cualquier lugar.

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