Así de fácil, esto que vais a ver es un vídeo publicitario de Tony Hawk Ride. Pero no lo pongo sin motivo, sino por tres poderosas razones. La primera, que el colega tiene 41 años y mirad las capinochas que se sigue haciendo sobre la tabla. Además parece que la dentadura sigue siendo la suya, lo que es meritorio tanto a esa edad como en esa profesión.
La segunda razón es el asco que me dan sus hijos. Tan guapos, tan rubios, con ese pelazo y esa pinta de surferos, cabrones, que suerte tenéis de tener un padre con más millones que el señor Burns. Además, viendo a Tony la deducción es que su mujer debe estar más buena que el churrasco con chumi-churri. Y la tercera, que no última razón, es… ¿habéis visto la «oficina» en la que trabaja el colega? Yo no he visto una pista de skate en mi vida que no esté llena de jeringas, chustas y un toxicómano durmiendo en ella. ¿Eso existe de verdad? ¿En qué puto universo? Aunque me moló bastante más el video del perro del otro día, deleitaos con la publicidad que sin duda es mejor que el juego…