Estos días estoy jugando a Gran Turismo 5. Bueno, mejor dicho debería decir que me pasé como 5 horas del tirón jugando el miércoles. Lo urgente no deja paso a lo importante y aunque tenía el juego desde hacía días había análisis, posts y demás tareas de AB que llevaban demasiado tiempo esperando mi atención. En fin, a lo que iba, que las primeras horas con GT 5 me encantaron, me quedé literalmente enganchado al pad de la PS3. Y eso que no vi nada revolucionario. Pero será porque no esperaba mucho que me ha pillado por sorpresa que me haya gustado tanto. Otra cosa no, pero la sensación de estar conduciendo coches totalmente diferentes, de notar que el vehículo virtual te transmite tantas señales a nivel de conducción, que no estás conduciendo una barca o un tren, es incomparable a ningún otro juego que haya visto hasta el momento.
Ya no me enrrollo más, que sino no tendré chicha para el análisis. Sólo decir que soy una oveja más de una manada de más de 5.5 millones de felices compradores de la quinta entrega de una franquicia que ya ha colocado más de 60 millones de unidades en todo el planeta.