Pure muestra un nivel visual nunca visto en un juego del género

“El único hype bueno, es el hype muerto” “Y más que muerto, el que no existe”.

Así de simple resumiría yo el As que Disney ha tenido guardado en la manga, y que sin mucho ruido, se puede colocar entre uno de los títulos más espectaculares en lo que llevamos de generación.

Y es que, para hacer un buen juego, no se necesita ningún hype, ni anuncios con un año de antelación, ni parafernalia viral, tan solo ponerle ganas y querer hacer las cosas bien. Pure parte con la premisa ganada de no haber generado ningún hype, evitando así esa arma de doble filo que tantas sangrías está generando últimamente. Y es que la visión que se tiene de un juego una vez probado, está tan supeditada a la información previa

que hemos tenido sobre él, que muchas compañías deberían plantearse el tipo de marketing para sus productos.

La compañía desarrolladora en este caso, Black Rock Studio (veterana conocida por ATV Off Road y MotoGP), nos propone en esta ocasión, llevar su saga ATV al extremo visual y jugable, gracias a sus espectaculares circuitos, con una orografía y desniveles más cercanos a Motorstorm que a la mencionada ATV Off Road, aderezado con 32 circuitos (ahí es nada) y carreras online de hasta 16 jugadores. Sigue contemplando, eso sí, la conducción de quads como única opción, pero con un control más arcade y alocado que sus predecesores. El núcleo jugable se apoya en la realización de piruetas durante los saltos, para el consiguiente rellenado de la barra de turbo, imprescindible –como no-para completar las carreras en las primeras posiciones.

¿Qué es lo que me ha gustado tanto de Pure? Bien, principalmente, su aspecto gráfico y su motor, capaz de generar recorridos repletos de detalles y efectos y que

muestran un nivel visual que no habíamos visto antes en un juego de velocidad. El gusto estético y la gran belleza del circuito es una muestra indiscutible del esmero y mimo que Black Rock Studio está poniendo en Pure.

¿Qué es lo que no me ha gustado? De momento aspectos condicionados a su limitación de demo, como ser excesivamente corta (sólo dispone de un circuito), y que no ofrece la posibilidad de comprobar su juego online, algo que se me antoja como crucial para esta generación y para cualquier título que aspire a la corona del género (en poder de Grid actualmente).
Llegado a este punto nos quedamos con la ilusión fundada de que Pure tiene todas las papeletas para convertirse en un icono generacional, pero del que sólo tenemos un 40% de veracidad, y un 60% de fe.

Me quedo con ganas de más, y sobre todo de poder tener una conclusión más afinada del juego, pero me consuela saber que la espera será de tan sólo de

tres semanas.