Nintendo quiso dejar claro cuando anunció amiibo en el E3 2014 que su intención no era otra que la de subrayar que ellos son una empresa juguetera. Me pareció un comentario oportunista por la cantidad de años que llevaban centrados únicamente en hacer productos vinculados al videojuego, pero sus antecedentes les dan la razón.
En el libro ‘La Historia de Nintendo Vol.1’, de Héroes de Papel, podemos ver muchos ejemplos de los inicios de Nintendo alejados de las maquinitas, así que amibio no deja de ser una interpretación 2.0 de esa voluntad de la familia Yamauchi. Pero es que llevo varios días mitando a mi estantería donde tengo la colección de figuras amiibo que poco a poco va siendo cada vez más poblada y me pregunto si realmente hay alguien que las use.
Vale, yo también saco las mínimas y necesarias para desbloquear X traje en Y juego, pero inmediatamente vuelven a la vitrina “no vaya a ser que…”. No sé si es que me da cierto miedo que se dañen o que simplemente no le veo mucho atractivo al concepto de las figuras NFC para jugar. Es decir, nuestra relación con la figura es totalmente pasiva; lo único que tenemos que hacer es ponerla unos segundos encima del GamePad o la pantalla táctil de 3DS y… se acabó. Ahí termina el triángulo ‘amiibo – jugador – juego’.
A mí me gusta coleccionar amiibo porque son figuras de Nintendo, y reconozco que algunas me gustan mucho; pero para nada las concibo como un juguete o algo con lo que interactuar. Supongo que si en el futuro pasa algo parecido con Pokémon, donde podamos almacenar en una figura los datos de una criatura capturada, la cosa cambiaría, pero sería por puro romanticismo.
Me gustaría saber qué opinas al respecto, ¿qué es para ti amiibo?