¿Tú eres de FIFA o de PES? No, de ninguno de los dos . Cuando un servidor piensa en un juego de fútbol casi perfecto, no imagina gráficos con millones de polígonos y píxel shader. No visualiza a sus jugadores correr en perfectas representaciones foto-realistas de estadios de verdad. Cuando pienso en jugar a fútbol delante de una pantalla, solo hay una respuesta posible: Sensible Soccer.
La primera vez que vi aquellos diminutos sprites correr por mi monitor de 14 pulgadas supe que me había enamorado. Daba igual que el balón no se pegara a los pies de los jugadores (frustrante al principio, espectacular cuando lo dominabas) o que los nombres de los jugadores no fueran los reales. Una vez cargaba el juego y aparecía ante ti ese enorme campo verde ya no podías parar de jugar.
El sistema de juego era 100% arcade, pero la dificultad añadida de tener que pasar la pelota a otro jugador antes de perderla conseguía que disfrutases el juego a muchos niveles. Una vez cogias el truco a los controles (el disparo se efectuaba con un solo botón y dependiendo del tiempo de pulsación el disparo era mas fuerte o mas débil) y comenzabas a encadenar pases para hilvanar jugadas, las horas pasaban volando delante del ordenador. Lo mejor de todo es que con toda la limitación que supone tener un control con solo un botón de disparo y cuatro direcciones, las posibilidades de manejo eran enormes, y aún semanas después de comenzar con el juego, descubrías nuevas combinaciones que convertían cada partido en una nueva experiencia. Cómo olvidar al arbitro con sus rigurosas tarjetas (el sprite solo aparecía cuando había una falta).
Cómo no recordar aquellos remates de cabeza que acababan en el fondo de la red tras un pase desde la banda. Todo era tan natural que hasta parecía que los jugadores de tu equipo controlados por la I.A. hacían lo que realmente necesitabas en ese momento.
Una de las partes mas divertidas era editar los equipos con los nombres que quisieras. Cuantas horas habré perdido personalizando los nombres de mis jugadores para jugar una Copa Maastricht. Las grandes virtudes del juego eran el no tomarse en serio a si mismo y la alegría que transmitía, y aún así, con toda esa carga de humor, Sensible Soccer se erigía como un simulador de fútbol completo y espectacular.
Aún hoy sigo llevando siempre encima un emulador de Megadrive (una muy buena conversión) para echar partidillos de vez en cuando porque, no lo voy a negar, tras todos estos años aun no he encontrado un juego de futbol que me cautive como lo hizo esta joya de Sensible software. De hecho no soy el único, y la existencia de una increíble pagina como Sensiblesoccer.de lo demuestra. ¡Hasta se organizan campeonatos online! Lástima que después llamaran a filas a mis jugadores para ir a morir como carne de cañón en Cannon Fodder. Pero claro, esa es otra historia.