A Short Hike, un videojuego que te abraza al lado de la chimenea

He jugado estos días unas horas a A Short Hike (Adam Robinson-Yu, 2019). Buscaba un videojuego relajante, sin desafíos, que te presentara un mundo agradable y que te dejara a tu aire. A Short Hike ha cumplido estos requisitos a la perfección.

En estos tiempos en los que se aplaude el desafío y en los que cualquier videojuego saca pecho cuando se dice de él que es un Souls like, A Short Hike me ha recordado que otro tipo de títulos, por fortuna, son posibles, aunque quizá requiren que haya desarrolladores que no busquen seguir las tendencias del mercado. Y es que en A Short Hike la cosa no va de reflejos o de jugar decenas de horas para poder empezar a disfrutar del videojuego.

El placer de lo pausado

A Short Hike te permite ir a tu ritmo, sin estrés, sin casi objetivos. Tanto es así, que lo de subir a la cima sabe a Macguffin. Julio ya habló de él por aquí hace unos meses, aunque lo perdí en la constante marabunta de lanzamientos.

Ahora, tras haberme dejado llevar en su propuesta de excursión por la montaña, tengo que rendirme a la propuesta pixeladísima del canadiense Adam Robinson-Yu, capaz de crear un mix tan atractivo como relajante. Si buscas algo en lo que, simplemente, dejarte llevar y recordar que los videojuegos pueden ser tan relajantes como tomarse un chocolate caliente al lado de la chimenea.

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