Imagina por un momento que estamos en una sesión de investidura donde cambiamos los políticos por seguidores de la saga Resident Evil. Están los tradicionales, los que quieren que todo siga como en los comienzos. También los rompedores, aquellos que buscan nuevos cimientos para levantar su futuro. No faltan los reservados, que saben que sin cambios en las bases, sin ajustes, no se llegará a ninguna parte. Parece que no hay término medio y eso provoca una “batalla” entre los fans que no alcanzan un acuerdo.
Con Resident Evil 7 está pasando justo eso. Los hay que prefieren volver a los orígenes de manera radical y creen que Capcom podrá cumplir sus deseos con Resident Evil 2 Remake. Están los que se divierten con Umbrella Corps y aman la acción de Resident Evil 6. De todo hay en la viña del señor. Y tenemos, por supuesto, aquellos que rezan porque la saga que nació a finales de los noventa siga los pasos de otras que han conseguido renacer de sus cenizas con galones.
En Capcom saben que existe esta “guerra” de opiniones y llevan desde hace un par de años tratando de contentar a todas las facciones. Trabajaron en Revelations, subsaga con dos entregas, como la visión más oscura de la licencia, siguieron apostando por la acción palomitera iniciada por Resident Evil 4 y se desmarcaron con un multijugador a lo Call of Duty con Operation Raccoon City. ¿En qué punto de todo esto encaja Resident Evil 7 a estas alturas de la película?
Lo que he visto de la séptima entrega numerada de la saga me gusta, no voy a engañar a nadie. Un juego claustrofóbico, con un terror que aprende de los indies y se inspira en su propio pasado para dar aire fresco a la saga. No es el reboot que muchos desean, pero sí un soplo de aire fresco. “Esto no es Resident Evil”, dirán muchos. Razón no les falta. Tampoco la Lara Croft de Tomb Raider (2013) es la de su juego original y no por ello acabó defenestrada.
Esta misma semana hemos podido ver algún pantallazo con tintes tecnológicos sobre el motor de Resident Evil 7 y he notado alguna queja porque no aparece ni un solo personaje clásico de la licencia. El camino es largo y no me cabe duda que alguien hará su aparición estelar en la aventura y que hasta Umbrella se permitirá el lujo de enseñar la patita, pero espero que esta historia de supervivencia sea inédita, humana y sin familiares gemelos perdidos entre guiones del pasado.
Yo le pido a Resident Evil 7 que sea un videojuego sincero consigo mismo, que tome la esencia clásica de la saga, beba de esos grandes juegos independientes que han servido de inspiración y sea capaz de contarnos una historia donde el jugador, de nuevo, experimente y agobio. No hacen faltan 300 enemigos en pantalla para conseguirlo. Dos nombres lo demuestran: Némesis, Lisa Trevor. Es difícil recuperar la fe en la política, pero no quiero tirar la toalla con Resident Evil.