SimCity Social ha aterrizado en Facebook con una propuesta casualizada que conserva parte del atractivo de las versiones más hardcore – si se puede aplicar el término hardcore a un SimCity – de la franquicia de Maxis.
Básicamente consiste en construir tu propia ciudad utilizando los recursos que vas obteniendo gracias a los negocios, las fábricas, la población, las recompensas y los regalos que te van haciendo tus contactos de Facebook que también se han enganchado al enésimo jueguecito de la maquinaria de Zuckerberg.
Quizá en el aspecto en el que se hace más latente el espíritu casual de este SimCity Social es, además de la necesidad de interactuar con tus contactos de FB para avanzar, en el enfoque a misiones predefinidas. Estas misiones, al ser completadas, te reportarán premios que te permitirán avanzar en el progreso de tu ciudad. Muchas de estas recompensas podrán conseguirse spameando interactuando con tus contactos de Facebook que también estén jugando al jueguecito de marras, algo que agilizará enormemente el proceso de convertir a tu pequeña ciudad en una megalopolis que rivalice con Neo Tokyo.
La mecánica, prescindiendo hasta donde se puede del contacto social, es muy parecida a Travian: los recursos se irán generando cada cierto tiempo, tiempo que podremos recortar utilizando Diamantes que conseguiremos subiendo de nivel… y de otras formas más lucrativas para EA, como sacar a pasear nuestra VISA real. También podremos realizar acciones patrocinadas, que implicarán interactuar con proveedores externos como Telepizza o Lets Bonus, que nos reportarán Diamantes, la moneda del juego. Esta no es la única forma en la que EA ha monetizado este SimCity Social, pues se ha incluído un montón de product placement con el que, si si caemos en su juego, podremos obtener beneficios ingame, como potenciadores de población, a costa de convertir nuestra querida ciudad en una especie de centro comercial al servicio de la publicidad «gratuita». Vamos, como el que tiene un blog de videojuegos. **sigh**.
Paradójicamente, lo que menos me gusta de SimCity Social es el hecho de que cualquier acción puede originar una avalancha de spam en mis contactos de Facebook. Todos hemos tenido experiencias con Farmville, aunque no lo hayamos jugado, del estilo de entrar a tu cuenta de Facebook y encontrarte cientos de peticiones de alcachofas, patatas y tomates. En SimCity, en principio, te preguntan cada vez que se está generando un mensaje, pero vete tú a saber. Seguramente en pocas semanas me habrán bloqueado decenas de conocidos, lo tengo muy asumido.
A pesar del mal rollo que me da el enfoque de microtransacciones de este SimCity Social, me parece un título muy entretenido, perfecto para pasar las horas muertas, si es que te sobran claro. Sino, dado su altísimo poder adictivo, corres el riesgo de convertirte en más improductivo que Llorente en la última Eurocopa.
Esto me sobrepasa… en serio!
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