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Sleeping Dogs

Lo que más me gusta hacer en un sandbox en plan GTA es imaginar que soy el protagonista, y buscarle sentido a cosas sin sentido como atropellar ancianitas o abofetear unos cuantos yakuza con un salmón, en un local de baile al más puro estilo Pulp Fiction.

En la demo de Sleeping Dogs contamos con la ventaja de jugar en castellano, que ya es algo para un juego que trata de cumplir misiones. Nos dirigimos al aparcamiento de nuestro bloque de pisos y nos orientamos como en cualquier otro juego de este tipo, con el minimapa que tenemos en la parte inferior de la pantalla. Tenemos como siempre la opción de empezar a realizar misiones o irnos por ahí a hacer el gamba. Al tratarse de un Sandbox de temática oriental, lo primero que me ha sorprendido es que el sentido de circulación está invertido – se conduce por la izquierda, al contrario que en España – lo que garantizará más de un golpe al volante.

Una vez hecho el gamba, pasé a probar Sleeping Dogs de forma más seria. Como ya os he comentado, la demo empieza en el apartamento del protagonista y desde ahí podemos dirigirnos a la escuela de artes marciales para aprender unos cuantos movimientos. En cuanto sepamos defendernos como toca, nos vamos a la parte trasera de un bloque de pisos cercanos a buscar pelea ¿Por qué? porque podemos. Nos metemos en un total de seis peleas callejeras consecutivas, con gordos grasientos llenos de tatuajes de dragones y todo eso. Ahí es nada. Después de sudar lo nuestro, y habiendo despachado a todos los enemigos, continuamos con la misión, que nos llevará a recorrer la ciudad en coche, motocicleta e incluso un autobús con muy mala pinta.

Entre bellezas

Nuestro afán por meternos en peleas a la mínima nos llevará a situaciones que van desde enfrentarnos a la Mafia nipona a huir de las autoridades conduciendo un autobús casi indestructible, con base de tungsteno diría yo. Cuando estamos conduciendo, siempre que no sea una misión que nos obligue a llevar un vehículo en concreto, podremos incluso saltar de un coche a otro. Como en Wheelman, pero sin un Papa catalán. Ten en cuenta que todo lo que os cuento son experiencias vividas únicamente en la demo de Sleeping Dogs. No sé a ti, pero a mi me lo han vendido diez veces.

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