Parece que en Sega siguen con la idea y deseo de que coexistan dos ramificaciones de juegos de la mascota de la compañía. Si hace un año fue el turno de Sonic Frontiers, la cara 3D, ahora es el turno de la parte «nostálgica» con esta nueva entrega 2D de la saga.
Para ello, esta vez los de Tokio han contado con el co-creador de Sonic, Naoto Ohshima, y su estudio Arzest para lograr alcanzar con este Sonic Superstars ese punto añejo que a muchos fans del erizo azul les encanta.
Eso sí, a diferencia de Sonic Mania, entrega que servía para ese mismo cometido, en esta ocasión se ha dejado de lado el pixel art para optar por un acabado 3D que permite algunas triquiñuelas, tanto estéticas como jugables, además dar un soplo de aire fresco a una entrega que en esencia busca ser más bien una secuela de las entradas de corte clásico de la saga ¿Lo consigue? Pues sí, aunque esto no quiera decir que Sonic Superstars esté falto de aspectos que podrían haberse sorteado mejor.
El Sonic clásico renovado.
Si sois de los que se criaron con las entregas de Mega Drive e incluso Master System o Game Gear, mucho de este Sonic Superstars os recordará a las susodichas. La estructura de niveles es uno de estos elementos: contiene diez zonas, algunas de las cuales están divididas en dos actos, mientras que otros solamente cuentan con uno solo. Un número menor en comparación, pero hay que tener en cuenta que son niveles mucho más largos. Además hay que resaltar que todas las fases están creadas para la ocasión, no como en Sonic Mania, por poner un ejemplo. Un detalle muy de agradecer porque la saga tiene la tendencia de reciclar demasiado en este sentido. También hay que decir que muchos se inspiran en otros Sonic, pero vaya, no los reproducen como tal.
Las señas de identidad estan presentes en materia jugable
También hay que tener en cuenta que al basarse en los clásicos, los niveles nos incitan muchas veces a ir más lento de lo normal, a recolectar monedas y buscar la entrada a las fases de bonus donde intentaremos hacernos con las típicas Esmeraldas del Caos. Por supuesto, como en todo Sonic, la idea es memorizar tramos para que nuestro personaje fluya mucho mejor por los niveles aprovechándonos de nuestra velocidad. Tendremos tiempo de perfeccionar nuestra técnica ya que, además de tener a cuatro personajes disponibles con sus diferencias jugables (elegibles al inicio de cada nivel), el juego es muy rejugable
Como también es tradición, también contamos con diferentes rutas por pantalla y las típicas señas de identidad de la saga, como los flippers y sus loops están presentes. Ah, y no os preocupéis por el tema físicas e inercia. Al estar basadas en el Retro Engine, que se utilizó en Sonic Mania y Sonic Origins, en este sentido cumple de sobras, aunque la experiencia no sea exactamente la misma que en las entregas de 16 bits.
Novedades en forma de multijugador, tanto colaborativo…
Un elemento que me ha llamado la atención al ponerme a jugar ha sido notar que, aunque en un principio Sonic Superstars se publicitó como un juego casi más enfocado eso de jugar acompañado, ha resultado ser todo lo contrario resultando ser su modo multi más bien un complemento o curiosidad. Sí que es cierto que es totalmente jugable y de hecho nos podemos pasar con otros tres compañeros el modo historia.
Pero lo cierto es que no está del todo bien aplicado, entre otras cosas porque no es a través de pantalla partida, sino que todos comparten la misma cámara (que se centra en uno de los personajes sin motivo aparente), por lo que la experiencia no termina de funcionar del todo. Bien es cierto que aplicar este tipo de contenido en un Sonic tiende a ser harto complicado porque resulta caótico sabiendo a la velocidad que se suelen mover los personajes. Aún con todo, es bastante divertido jugar así y se agradece su inclusión.
…como competitivo
Aquí viene a cuento decir que hay muchas referencias a antiguas entregas de Sonic, que van desde el típico nivel con partes de pinball hasta otros más «nicho» quizá como puede ser una cierta estructura de niveles que incita a explorar (como pasaba en las entregas de 8 bits) o los niveles bonus de la primera entrega de la saga. Esta tendencia a aventurarse por los diferentes actos principalmente nos servirán para coleccionar monedas que utilizaremos para personalizar, con interesantes diseños, al robot prototipo de Eggman que será nuestro avatar en un modo multijugador competitivo extra.
Básicamente este se trata de una especie de modo Batalla, donde competiremos, tanto online como de manera local, frente a otros 7 usuarios (4 humanos como máximo si es vía local) en unas pruebas que se basan en recoger más monedas que los demás. Bastante divertida esta parte. Además la parte personalización nos permite crear a versiones robot de varios de los personajes de la saga. Eso sí, nos hará falta conseguir bastantes monedas para hacernos con los diferentes diseños, tienen un precio alto en la tienda. Ergo, tocará rejugar e indagar bastante por los diferentes niveles.
Novedades con las Esmeraldas del Caos
Como es tradición, conseguir las Esmeraldas del Caos es algo que deberemos tratar de conseguir por múltiples razones. En esta ocasión lo intentaremos mediante unas fases tridimensionales bastante peculiares, ya que se basan en perseguir a la esmeralda del caos de turno mediante puntos de anclaje a modo de liana que a su vez nos permitirán evitar caernos al vacío.
Es bastante complicado, sobre todo a partir de cierto punto, y que hay que tener en cuenta que hay un tiempo limite basado en el número de monedas que tengamos (y que van menguando a cada segundo). De hecho personalmente creo que no incita el jugar estos niveles pero, como decía, es algo por lo que deberemos de pasar. Mismamente al conseguir la esmeralda de turno nos encontramos con una de las mayores novedades de esta entrega, que son diferentes poderes que podremos ejecutar en según qué momentos, alguno de los cuales nos facilitará mucho las cosas en los jefes o nos permitirán llegar a puntos previamente inaccesibles.
Algunas cosas que no me han terminado
La verdad es que, aunque se nota el esfuerzo, me he encontrado con un apartado gráfico que no me ha dicho gran cosa, aunque hay que reconocer que hay partes muy bonitas. Eso sí, todo muy estable en Playstation 4, sin ningún tipo de ralentización. Pero de manera general se nota que ha habido poco presupuesto en la presentación del juego. Me refiero a niveles algo sosos en general y ciertos elementos en pantalla quizá algo desfasados.
Esto se aplica un poco al juego en sí, porque por alguna razón me ha parecido un juego algo «sosete». No sé, noto que le falta chispa al apartado jugable y en algunos tramos. No he tenido problemas realmente y hay muchos gimmicks que intentan cambiar a los respectivos niveles la manera de jugar, pero he notado como que le falta ese punto.
Los jefes: Una de cal y otra de arena
Quizá es en los enemigos finales de cada acto cuando vemos más originalidad debido a las diferentes rutinas que utilizan, pero muchas veces se abusa de esto mismo, ya que se recrean demasiado. Esto último en verdad en la primera vuelta no nos importará tanto, pero en la segunda más de una vez lo pasaremos mal debido a que hay que darles más golpes de lo normal, lo que hace que a veces se torne innecesario ese excesivo alargamiento.
Teniendo en cuenta que la mayoría de veces solamente podremos atacar una sola vez por ciclo, al final estas secciones se vuelven un poco tediosas. Eso sí, jugar con Amy facilita mucho las cosas gracias a su doble salto, algo que es muy útil contra algunos de los citados jefes, además de ciertas habilidades que aprenderemos vía Esmeraldas. Ah sí, he mencionado “una segunda vuelta”. Esto es porque Sonic Superstars incita a rejugarlo por lo menos en una ocasión más. Algo que por cierto, seguramente no nos llevará más de 6 horas en conjunto. La segunda vuelta mencionada resulta ser más díficil de lo que esperaba, pero ya lo iréis viendo.
En definitiva
Aunque hay alguna «cosilla» más que me ha parecido que «ni fu ni fa», como la historia (que trata básicamente que Sonic y cía están en un lugar llamado Northstar Islands para liberar a sus habitantes de los telemanejes de Eggman), y de otros aspectos que he mencionado, como la evidente falta de presupuesto que se denota y que le falta cierta «chispa». Pero por lo demás hay que reconocer que la mayoría de los niveles cuentan con buenas ideas bien ejecutadas y se deja jugar perfectamente.
La banda sonora cumple, de hecho tiene un cierto toque Mega Drive que apela a los clásicos. Además hay momentos de mucho ingenio y las novedades, como los modos multi, la apariencia 3D y personajes nuevos creados por el mismo Ohshima, son siempre bienvenidos en una entrega más importante en la franquicia de Sega de lo que podría parecer. No busca ser solamente otro homenaje más de los clásicos, sino que trata de ir un poco más allá [83].