TLOH: Trails Through Daybreak, mejor de lo que esperaba

La franquicia The Legend of Heroes de Nihon Falcom, continúa expandiendo su universo con Trails through Daybreak, un nuevo arco de la serie que, como pasa en mi caso, viene de perlas para neófitos a la vez que expande todavía más la historia de la saga que hará las delicias de los jugadores curtidos. 

Recordemos que esta franquicia, que comenzó en los años 80, se ha mantenido relevante casi sin hacer mucho ruido a través de numerosos títulos y subseries que gozan de bastante popularidad en Japón (este mismamente fue el juego más vendido en la semana de su lanzamiento en ese mercado) y ahora está ganando cierta fama en Occidente. No en vano estamos ante una saga con solera, y de hecho este año marca el vigésimo aniversario desde el lanzamiento del que sería el primero de la subsaga Trails in the Sky. Eso sí, todavía en occidente no han llegado varias entregas, entre otras, dos en Japón ya que después de la salida de este The Legend of Heroes: Trails Through Daybreak, en ese mercado han salido dos juegos más que del que todavía tiene que confirmarse su salida por estos lares.

Nuevo arco de la saga…

Poniéndonos ya en materia, The Legend of Heroes: Trails through Daybreak es una entrega que, para bien o para mal, forma parte del universo de esta saga saga. En este caso nos lleva a la ya mencionada (en anteriores juegos) región de Calvard, una nueva área que pertenece al continente de Zemuria, inédita en la saga, y que diría que más o menos está basado en Francia. Este lugar, tras una guerra, disfruta de una prosperidad económica sin precedentes y tecnológicamente es muy avanzada. Sin embargo se enfrenta a problemas internos debido a ciertos problemas sociopolíticos que, curiosamente, se asemejan a los de la vida real, como puede ser el populismo político frente a la inmigración. 

Nosotros nos ponemos en la piel de un nuevo protagonista, Van Arkride, que es una especie de detective/mercenario que se mueve en los bajos fondos y donde se ve envuelto en un caso que cambiará el destino de la nación y el suyo propio mediante una trama sorprendentemente interesante. Todo debido a que empieza como un simple caso de búsqueda de un objeto por petición de una chica (Agnes, que también nos acompañará en la aventura) para ir evolucionando a algo más cuando se van dando cuenta de la influencia que tienen las diferentes facciones implicadas entre otros.

…que también sirve como puerta de entrada

Eso sí, la historia aunque tiene evidentes tintes bastantes maduros por lo dicho, también hay ciertos toques de humor por lo general. Y es que los personajes son muy buenos, incluido nuestro protagonista que resulta tener ciertos aires canallescos siendo más bien un tipo de moral ambigua. Como decía, su más bien pequeño repertorio resulta ser un muy buen punto fuerte del juego, siendo un elenco muy bien traído y con interacciones entre ellos muy agradecidas, aunque siempre dentro de la actitud manganime/JRPG. Eso sí, hay muchas menciones a otros que en teoría pertenecen a anteriores juegos, pero que personalmente no me han dicho nada. El caso es que lo he disfrutado mucho incluso sin tener mucha idea de estos guiños, por lo que este inicio de arco sí me ha parecido bastante indicado para la gente que quiera adentrarse a esta saga.

El sistema de combate, un acierto

Aparte de estos puntos fuertes, también me ha parecido muy interesante el sistema de combate. Digamos que es una especie de híbrido. Por una parte tenemos la posibilidad de jugar como un action rpg básico, donde podemos optar por ataques a distancia o con un cierto combeo cuerpo a cuerpo además de contar con ataques especiales recargables a medida que atacamos. La otra forma es la típica por turnos, donde podremos posicionar a nuestros personajes como en juegos a lo Like a Dragon 8 y aprovechar nuestro posicionamiento, así como pensar mejor las estrategias. 

Ojo porque tenemos la posibilidad de empezar por el modo acción para pasar al de la jugabilidad JRPG a mitad de combate, por lo que hace que en el mazmorreo y el farmeo se agradezca mucho la primera opción, aunque para los enemigos fuertes nos tocará optar por la segunda (obligatoriamente ante los jefes de hecho) ya que desde ahí podremos seleccionar muchos más ataques, aprovechar ataques combinados y magias varias. Decir que el juego tiene cierta personalización para crear builds de nuestros personajes para poder aprovechar, tanto efectos pasivos como ataques nuevos, mediante un sistema de orbes (parecido a las materias de Final Fantasy VII) que iremos consiguiendo a medida que jugamos. En fin, muy completito y ciertamente divertido

Gráficamente, tiene sus puntos

Quizá el aspecto más del montón es el apartado gráfico. Aunque me ha sorprendido para bien por detalles como entrar en cualquier localización sin que hayan cargas de por medio y que los escenarios son variados, detallados y bastante grandes. No es que estemos ante un portento en ese sentido, pero en comparación con otros juegos de Nihon Falcom (o de Nippon Ichi) veo una mejora sustancial en este apartado. Ah, y la banda sonora cumple de sobras. Eso sí, el típico problema de los juegos de NIS sigue presente. Y es que estamos ante otro lanzamiento en inglés que echará atrás a la mayoría de jugadores potenciales por tal alta barrera. Por otra parte, el juego cuenta con doblaje al inglés y el original japonés.

En fin, poco más que decir. Ciertamente The Legend of Heroes: Trails Through Daybreak ha resultado ser una destacada adición a una franquicia que está de celebración con esta entrega que cuenta con una historia muy intrigante, unas agradecidas mejoras gráficas y un acertado sistema de combate. Y aunque sobre el papel puede que no sea la puerta de entrada perfecta para nuevos jugadores debido a la complejidad de la trama y la continuidad de la saga, personalmente creo que sirve perfectamente como punto de inicio para quienes se sientan atraídos por su narrativa y deseen explorar los títulos anteriores.

Lo malo, el idioma siendo un juego donde no es raro que estén durante cuartos de hora hablando en un título que cuenta además con una altísima carga narrativa. Aunque si no te importa este “detallito”, la verdad es más que recomendable [80].

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