Aunque aún queden un par de semanas (si se cumplen los pronósticos) para “disfrutar” del tercer capítulo de la tercera temporada, pero The Walking Dead ha dejado ya patente hacia dónde va en esta nueva entrega. Aviso: este mini-análisis contiene spoilers de esta y la anterior temporada.
En este The Walking Dead: A New Frontier nos metemos en la piel de Javi, nuevo líder de una familia que tiene que sobrevivir al apocalipsis zombie. Sin embargo, el juego sigue manteniendo a Clementine como líder indiscutible y que no puede ser apartada por más que se quieran explorar otras familias y otras formas de sobrevivir.
Esto es el gran fallo de esta nueva entrega. Porque al intentar conectar con Javi (que en parte resulta imposible porque se junta ese binomio líder y poca carisma) nos miramos en Clementine como única forma de encontrar algo de diversión en este título. Y sí, algo ha mejorado el apartado gráfico, pero aquí era lo que menos importaba.
Porque lo que realmente nos enganchaba era la historia. Y se nota que el guión ya no lo llevan los mismos que en la primera temporada, ya que, las decisiones suelen tener similitud de tres entre cuatro opciones disponibles y las situaciones son previsibles. Previsibles por tener de referente a la serie de televisión y previsibles porque en el mismo juego se ha explotado la pérdida de seres queridos o el sentirse perdido en una nueva comunidad una y otra vez.
Tampoco ayuda que se presenten personajes tan insulsos como Jesús que ni siquiera es popular dentro de la serie de AMC y que, sin embargo, se ha tomado como nueva incorporación en la nueva temporada. A pesar de una excelente segunda temporada donde nos dejaban a nuestra elección un final muy difícil (quedarte o no con Kenny), aquí no han tomado la vida post-Kenny como punto inicial (tendrían que haber pasado de haber hecho otra familia) para darnos lo mejor que tiene esta saga: Clementine.
Un ejemplo de cómo construir un buen personaje infantil y su maduración, que sin embargo ha desembocado en la mainstream rebelde de cualquier película o serie que nos echemos a la cara. Necesitaremos ver cómo avanza esta temporada para dar un dictamen final. Sin embargo, The Walking Dead parece, para mí, muy pero que muy muerta.