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Too Human (Análisis Xbox 360)


Antes de empezar, quiero comentar varias cosas.

1) No he leído ninguna review de Too Human. No he visto la media de Gamerankings ni he comentado con nadie qué le ha parecido el juego.
2) Las vibraciones que tenía con Too Human eran absolutamente negativas, por no decir nefastas, basadas tanto en lo que habían visto estos ojitos por la red como en las declaraciones de sus productores, la polémica con los foreros de Neogaf y otras historias. Por tanto, la primera vez que lo puse en mi 360 tenía un rechazo preconcebido considerable.
3) Debo decir que éste es con diferencia el análisis que he hecho en mi vida con más horas de juego a mis espaldas; es más, he terminado el juego antes de realizar el análisis, algo de lo que muy pocos podrán (o querrán) presumir.

Todo esto significa que algo tiene para que haya perdido tanto tiempo con él; pero no sólo eso, sino que además he jugado tanto que puedo destacar todos los elementos negativos que tiene, porque los tiene a patadas, pero también he podido sacar algo positivo. Así que el análisis empieza con la conclusión: probadlo vosotros mismos y decidid si sí o si no. El juego es malo hasta decir basta, pero tiene algo que te puede enganchar.

Ahora mismo, si yo fuera el encargado de juegos de Xbox 360, a los señores de Silicon Knights les daría la mano y les diría, ha sido un placer contar con ustedes pero si en 10 años de desarrollo (no me he equivocado, la primera vez que se mostró fue en el E3 de 1999), con todo el presupuesto y la paciencia del mundo que hemos tenido con ustedes, lo mejor que han podido publicar es Too Human, adiós muy buenas y búsquense la vida por otro lado o dedíquense a otra cosa, porque está demostrado que esto no es lo suyo.

Too Human es considerado por algunos como un juego de rol. Y no es en absoluto un juego de rol; es un título de acción en el que se han intentado implementar elementos roleros con mayor o menor fortuna. Un juego de rol es en el que nos pone en la piel de un personaje ficticio y a través de una historia e interactuando con otros personajes que cohabitan con el nuestro, vamos eligiendo el desarrollo argumental hasta alcanzar un clímax. En Too Human cualquier parecido con una historia es pura coincidencia. Hay intentos de ofrecer dramatismo al personaje de Baldur (ni qué decir tiene que el nombre es un “homenaje” a Baldur’s Gate), la trágica muerte de su esposa, se intenta con poco éxito construir una historia y a un malo malísimo que rivalizase con Darth Vader, pero se quedan en vacuos intentos por atraer la atención del jugador. Y, sin desvelaros nada, por el mísero final en el que se nos amenaza abiertamente con una segunda entrega…

Al poco interés del argumento contribuyen las secuencias de corte, realizadas con el motor del juego, que muestran un acabado totalmente obsoleto para esta generación, tanto por la “sincronización” labial, como por la expresividad de los rostros, la recreación ocular, el poco oculto origen poligonal o el pésimo trabajo de dirección. La ambientación además es lo más extraño que habéis encontrado en la vida: elementos de la mitología nórdica incorporados a un entorno futurista, con enemigos copiados del trabajo de Tolkien pero en formato robótico y con costumbres medievales. En Asgard hay videocámaras voladoras y armas de plasma que cohabitan con el Dios Odin y con duendes, elfos oscuros y trolls motorizados, y las reuniones sociales se celebran en una mesa redonda donde se brinda con vino en vasos de madera, los jueces llevan peluca decimonónica y se cortan cabezas para impartir justicia salomónica. ¿Cómo lo veis?

Los elementos capturados de los videojuegos de rol probablemente sean los más atractivos del juego; la creación del personaje está limitada a ponerle nombre y elegir su clase entre las cuatro disponibles al principio del juego y una vez hayamos avanzado un poco, a elegir su alineación humana o cibernética. Dependiendo de nuestras elecciones se nos abrirá el árbol de habilidades correspondiente en el que iremos otorgando los puntos de experiencia para potenciar los recursos de Baldur. No es nada nuevo, pero está bastante bien implementado. El árbol se puede reestructurar a cambio de dinerito durante el juego y se puede comprobar fácilmente como la formación del árbol afecta directamente al desarrollo de los combates.

El otro elemento rolero destacado del juego es la equipación del personaje a nuestro gusto. Podemos elegir entre tres tipos distintos de armas a distancia y de refriega, seis elementos distintos de armadura y personalizar cada uno de las piezas del equipamiento con las runas que vayamos ganando en combate. Porque una cosa hay que destacar, y es que no hay tiendas durante el desarrollo de la acción; sólo cuando visitamos Asgard, y no podemos acceder a ella antes del segundo acto (de los cuatro disponibles), así que las opciones reales de ir a la tienda durante el modo historia son realmente dos. Además el inventario tampoco es que sea precisamente la bomba y se va adaptando, más o menos a tu nivel, por lo que la forma más útil de potenciar al personaje es combatir, combatir y combatir.

El juego en sí presenta muchos y variados problemas. Se ha intentado implementar un curioso sistema de combate en el que el stick derecho se utiliza tanto para apuntar cuando se usan armas de larga distancia, como para el combate cuerpo a cuerpo. A uno le cuesta acostumbrarse a controlar la acción, pero tras un par de horitas te puedes hacer con él. Sin embargo, el uso del stick limita el movimiento de la cámara, por lo que la acción se sigue desde un plano fijo con “dramáticos” cambios de vista y otros recursos cinematográficos. El motor consigue gracias a ello mostrar unos escenarios bastante amplios en las zonas de combate (Asgard y el mundo de las Nornas son caso aparte, repletos de paredes invisibles y con caminos muy cerrados), con un buen trabajo en las texturas – sobre todo en las metálicas- y con un número de enemigos en pantalla más que decente.

Otra peculiaridad de Too Human es que tiene la presencia de un juego de acción, pero la energía nuestra y de nuestros enemigos, está basada en puntos como en un juego de rol. Un golpe con cierta arma resta ciertos puntos a la vida del enemigo y viceversa, un enemigo resta ciertos puntos de nuestra vida con sus ataques. La elevada presencia de enemigos, la inclusión de los puntos y la escasa maniobrabilidad de Baldur ocasionan que recibamos golpes incluso cuando estamos atacando, por lo que suelen lincharte con bastante facilidad. Pero no os preocupéis: la balanza de la jugabilidad se ha decantado por el facilismo, y cada vez que besemos el suelo, una especie de ángel nos resucitará recogiéndonos del suelo y elevándonos a los cielos en una de las recreaciones más aburridas, tediosas y desesperantes de la historia de los videojuegos… La animación no se puede pasar y creedme que la vais a ver con frecuencia (nota: cuando mueres 100 veces consigues un logro). Por si alguno no ha entendido este párrafo se lo resumo: el juego es difícil pero con vidas infinitas.

Poco más puedo o debo añadir. El juego no está doblado, aunque sí parcialmente traducido; menús y algo más de la mitad de las secuencias de corte van con subtítulos, la otra mitad no se ha tenido en cuenta. La traducción además presenta fallos tan graves como que se haya transcrito Autoconservación cuando quiere decir Autoeliminación o Autoventa de ítems. El juego cuenta con modos multiplayer y cooperativo para dos personas online, así como una tienda de armas del Live para adquirir nuevo equipamiento.

La conclusión, el resumen de todo lo mencionado en los párrafos anteriores es que Too Human es un juego repleto de fallos, mal realizado en muchos aspectos y mal ejecutado en otros. Le falta calidad, personalidad, imaginación, variedad, buen gusto… Sin embargo, tiene ese algo que tienen muchos mata-mata, esa pasión por dejar la pantalla libre de enemigos; tiene ese gusto por recolectar armamento cada vez más devastador y potenciar al personaje. No es mucho, pero a mi me ha servido para estar entretenido dieciséis horas y eso es bastante más de lo que la mayoría de los juegos pueden presumir.

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