¿Cómo tiene que ser un juego de tenis para triunfar? ¿Fácil de jugar o, por el contrario, una dificultad equiparable a la del tenis real? Top Spin 4 intenta encontrar su lugar entre ambas opciones y lo cierto es que resuelve la papeleta de una forma brillante.
Yo no opino que sea el mejor juego de Tenis de la Historia, como he leído por ahí, pero sí que lo colocaría en la cumbre de los títulos del género que han aparecido en los últimos años. Eso sí, no ofrece mucho más de lo que ya ofrecía la primera entrega.
La jugabilidad se ha cuidado mucho. Muchísimo. Cuenta con esa magia tan dificil de encontrar hoy en día de «Fácil de jugar, dificil de dominar». No es complicado aprender cómo jugarlo pero llevarlo al siguiente nivel, buscando las líneas, imprimiendo potencia y control a cada golpe, eso sí que cuesta un poco más. Y ahí radica el principal aliciente que le he encontrado a Top Spin 4 y del que deberían poder presumir todos los juegos deportivos: mejora golpe a golpe, partido a partido, hasta que el mando sea una extensión de tu cuerpo y puedas controlar el tempo de los golpes para enviar la pelota exactamente a donde y de la forma que tú quieras.
Un matiz al punto anterior es la dificultad de los adversarios: tan sólo el nivel «Muy Dificil» conseguirá poneros en aprietos, por lo que la IA no se puede decir que sirva de preparatoria para lo que os vais a encontrar en el online. Eso provoca que las primeras partidas en los modos multijugador sirvan de desengaño: arrasar en el modo Carrera no garantiza ni un mísero juego en un partido contra otro humano. Avisados estáis.
Top Spin 4 está muy trabajado gráficamente. Empezando por el completísimo editor de jugadores, dotado de una profundidad casi ilimitada a la hora de recrear las facciones de nuestro alter ego virtual. Después, una impresionante colección de material deportivo con la que ataviar y equipar al tenista, algo que sin duda atrapará a los enfermos de Everybody’s Golf y similares, juego en los que el desbloquear items es más de la mitad de la gracia.
Las voces, en inglés, y los fxs están muy cuidados. Aunque hay una cosa que no me cuadra mucho: el público aplaude demasiado pronto los puntos que se deciden por golpes ganadores. Cuando aplauden en esas situaciones muchas veces a primera vista no está tan claro que el otro jugador no vaya a llegar. Que se lo digan a cualquiera que haya visto un partido de Nadal. Además, o las he obviado o se han eliminado las muestras de apoyo espontáneos de la grada que sí que aparecían en el primer Top Spin, para mi, ese sí, uno de los grandes del género de todos los tiempos.
En cuanto a modos jugables no se queda corto. Para empezar, el Carrera es un auténtico vicio, casi a la altura de la Master League de los PES PS2. Recopilando puntos de experiencia, iremos mejorando a nuestro jugador – no tenemos libertad absoluta para asignar los puntos a los apartados que nos apetezca, sino que nos limitaremos a potenciar perfiles – a lo largo de un sin fin de torneos, entrenadores, eventos especiales y patrocinadores. Vamos, un auténtico robavidas. Ese mismo jugador creado lo podremos usar en los diferentes modos online para enfrentarnos en torneos virtuales contra jugadores de todo el planeta.
Top Spin 4 es un gran título, a mi parecer el mejor juego de tenis de los últimos años. Virtua Tennis, a la espera de probar la última entrega, hace varios años que no está a la altura de lo que significaron sus dos primeros juegos. Algo similar había pasado con Top Spin, pero, por fortuna, esta cuarta iteración retoma el buen camino. De la Élite se cae porque realmente no aporta un plus con respecto a lo que supuso la primera entrega, aunque ha conseguido devolver la franquicia a un lugar equiparable al que ostenta su serie hermana NBA 2K. Que no es poco.