El género de los «simuladores de citas«, aunque bastante popular en Japón, es prácticamente desconocido para unos occidentales que prefieren tomarse tres copas para perder la vergüenza y poder así decirle guarrerías a la primera moza que les aguante la mirada. Aun así, hoy martes, como las probabilidades de que te comas un rosco son directamente proporcionales a las de que no haya atasco en la M-30, te traemos un jueguecito flash en el que las chicas son un pelín ligeritas de cascos. Disfrutad de ellas, aunque no sean de carne y hueso.