Según nos cuentan en Kotaku, este simulador de carreras cuesta ni más ni menos que 191.000 $. Suspensión hidráulica, se puede personalizar con la carrocería que se nos antoje (me voy a ir al desguace a buscar mi Ibiza, snif), tres pantallas de 42 pulgadas y un montón más de tonterías para simular algo que se puede hacer de verdad por un pastón menos.