Ni más ni menos que una carcasa que cambia de color con la temperatura de la consola y que lleva un termómetro incoporado para que tengas cuidadito de sobrecalentarla, que se despegue todo lo de dentro y tengáis que usar el truco de la toalla. Según las especificaciones, las luces varían entre el naranja si está por debajo de 29º hasta la luz roja parpadeante si supera los 48º. Teniendo en cuenta las temperaturas que tiene nuestro páis en estas fechas, si decidís montarla os váis a llevar unos cuantos sustos. Si aún así estáis interesados, podéis comprarla aquí.