El Desenlace del Ladrón es la coletilla del exclusivo más esperado del catálogo de PS4. Pero, de ladrón, el Nathan Drake de Uncharted 4 tiene más bien poco. En este cuarto capítulo de la exitosa saga de PlayStation, Nathan se presenta de principio a fin como un ser humano con problemas, como un marido, pero sobre todo como un soñador.
Nota: este análisis viene sin Spoilers. Cuanto menos sepas de este juego, mejor. Cada tráiler que hayas visto o gameplay que veas te restará opciones de maravillararte con cada sorpresa que te encuentres. Este análisis está centrado en compartir mis valoraciones, pero siempre intentando no adelantar el contenido que te vas a encontrar.
Nota 2: las imágenes que acompañan este texto son ingame tomadas con el Modo Foto.
Un juego inolvidable
Naughty Dog consigue algo tan bonito como difícil: que nosotros, como jugadores, soñemos con él, con Nathan. Gracias por querer descubrir este maravilloso juego conmigo, con AKB. Si tienes poco tiempo y vas con prisas, te adelanto algo: Uncharted 4 es increíble a muchos niveles, el exclusivo que justifica a PS4, el mejor del catálogo de la sobremesa de Sony y, en mi opinión, de esta generación de consolas. Una vez dejado esto claro, entraré en matices de forma relajada, porque lo importante ya estará comunicado: este es el juego por el que te compraste una PS4.
Buena parte de culpa del calibre y formato de esta megaproducción la tiene, seguramente, el cambio de cromos que se produjo durante el desarrollo de Uncharted 4. Amy Hennig, que había dirigido y escrito los tres anteriores Uncharted, fue invitada a abandonar Naughty Dog, y su puesto en el desarrollo de este Uncharted 4 lo asumieron Neil Druckmann y Bruce Straley, los máximos responsables del que quizá sea el juego más prestigioso de la compañía, el galardonadísimo The Last of Us. No cuesta ver lo mucho que el título que protagonizaron los inolvidables Joel y Ellie ha influenciado al último título franquicia de Nathan Drake, dándole una dimensión trascendental tanto al argumento como al devenir de los personajes, muy apropiada teniendo en cuenta que nos encontramos ante el teórico cierre de la saga.
Antes de continuar me gustaría adelantar que este es un análisis que se centra únicamente en el Modo Historia. Amantes del modo multijugador, me sabe mal, pero no considero que el componente multi sea un elemento clave en un título como Uncharted 4. Creo, eso sí, que las mecánicas de tiroteo son bastante decentes, y unidas al diseño de los escenarios de este título la combinación puede ser muy potable. Pero de la misma forma opino que para jugar a multijugador hay otros títulos más potentes, enfocados a esa vertiente del juego.
Soy un hombre de fortuna y debo buscar mi fortuna, Henry Avery, 1694
Toda la mística de los grandes lanzamientos se da cita en Uncharted 4. Acabados de lujo, franquicia carismática, el salto generacional de una saga épica, mítica, que se sacó de la manga un género propio que bien podría bautizarse como el de Aventuras Palomiteras, y al que hasta Lara Croft ha tenido que rendirse subiéndose al carro y adaptando la propuesta con la que sí que conquistó a anteriores generaciones.
Lo primero que me ha llamado la atención, muy positivamente, es que tras introducir el disco en la consola y descargar el parche de rigor, Uncharted 4 arranque a los pocos segundos. Sí, tendrá instalación, pero es invisible para el jugador, no hay que pasarse minutos delante de la consola contando las musarañas. Quizá a algun@ le parecerá anecdótico pero a mi, como jugador, me transmite mucho de buenas a primeras. Que Naughty Dog ha intentado mimar cada detalle, como así ha sido.
En la toma de contacto, a nivel de mecánicas se siente como un viejo conocido. Pero uno no tarda en darse cuenta que el ritmo es absolutamente tramposo: Uncharted 4 va de menos a todo. Absolutamente todo, hasta revelarse en pantalla como un verdadero Nueva Generación, quizá el primero. Los niveles 13 y 14 son, directamente, de lo mejor que he jugado en años, redefiniendo el concepto de plataformas pasillero con unos escenarios alucinantes – lástima de la escasez de animales pululándolos y de la ausencia de alguno hostil -, diseñados para abrir bocas. Además me gustaría destacar el primer nivel en el que controlamos el jeep, en el que es el nivel más abierto del juego, también come aparte, combinando efectos, escenarios y control del vehículo – la sensación de que perdemos tracción y derrapamos está cuidadísima – en un cocktail increíble. En los niveles posteriores la capacidad de asombrar disminuye, pero eso no es problema del juego más que de la comprensible incapacidad de superar los picos de virtuosismo técnico y estilo cinematográfico.
Y es que gráficamente Uncharted 4 marca un hito: no se ha visto nada parecido en esta generación de consolas. Y, si me permites, tampoco en PC, al menos en cuanto a cuidado y mimo por el resultado. No son solo los acabados, es el tono, el enfoque cinematográfico. El regreso de Nathan es una sobrada de PS4, Naughty Dog y Sony, una megaproducción en la que todo está a un nivel altísimo y, aparte, esconde verdaderas brutalidades, detalles que a mí como jugador me han dejado sin habla.
Cosas tan impresionantes como la ya mencionada secuencia de jeep. O los efectos de luz, increíbles, que dotan de cada escena de vida propia, una constante en el juego. Las animaciones faciales, los acabados de la ropa, el cuidado a la hora de poblar los escenarios, la forma en la que las pisadas quedan marcadas en el barro o en la nieve, o el rastro al deslizarse los personajes por el barro, ensuciándose su ropa, lo vivas que están lluvia y las explosiones por los cientos de partículas que las forman… Y, por supuesto, los alucinantes planos que te esperan en cada esquina, planos que parecen robados de películas de aventuras y que te dejarán con la boca abierta. Uncharted 4 es un auténtico vendeconsolas, de esos juegos que si ves en el centro comercial te quieres llevar hasta al vendedor a casa.
Valorar, así, su dimensión es sencillo: es un gigante, es una PUTA PELÍCULA en la que se han coreografiado a la perfección las escenas de acción, exploración, tiroteos y, sobre todo, plataformeo marca de la casa, con esos momentos de balanceo en lianas que invitan a detener el juego una y otra vez con el Modo Foto y disfrutar de ese espectáculo orquestado por PS4. Que quede claro que cuando comparo a este juego con una película no me refiero a una sucesión de cinemáticas estilo Final Fantasy XIII, sino a actuaciones brutales de personajes digitales al nivel de actores de Hollywood, a diálogos creíbles, a planos 100% cinematográficos… Seguro que alguno se quejará del enfoque tan hollywoodiense de Uncharted 4 – yo no -, pero a esa persona seguro que no le gusta el cine. Aquí las secuencias cinemáticas son tan abundantes como geniales y están, que quede claro, para sumar, no a restar atractivo a Uncharted 4.
Además, se incluyen momentazos que uno no adivinaría ni metiéndose 10 pastillas con 3 cubatas de whisky (EN SERIO) y que no os puedo contar tanto por NDA como por no entrar en spoilers adelantándote algunas de las sorpresas que te vas a encontrar cuando lo juegues. Toda la parafernalia del flashback con Nathan de pequeño, su trabajo como submarinista, su relación, incluso el inesperado epílogo, es un envoltorio de lujo que huele mucho a lecciones aprendidas de títulos especialmente brillantes a nivel de narrativa, tanto extraños como GTA V o propios como The Last of Us, y que le dan un nuevo empaque a la serie Uncharted. Sí, recoger el cargamento de un camión que se ha caído del puente de una autopista no parece una actividad que vaya a motivar a un cazador de tesoros acostumbrado a descubrir ciudades prohibidas, pero la dimensión que aporta al juego, los matices que añade al personaje y lo que realizar estas tareas supone para alguien como Nathan.
La historia es como la de las grandes cintas de cine de aventuras: traiciones, venganzas, secretos, epicidad hasta decir basta… Una historia que se completa con unos diálogos buenísimos, brutales, coloquiales, verosímiles, que retratan a los personajes de una forma magistral y que, conjuntamente con el mocap – atención al trabajo facial realizado en los personajes, especialmente en Elena – y el nivel gráfico general, recrean una película, pero de las buenas, en nuestras pantallas. Que esto no te tire para atrás: el título de Naughty Dog coge lo mejor del género de aventuras Séptimo Arte y lo usa para el beneficio del videojuego, sin tener que pagar un peaje.
A pesar de la evidente linealidad de la jugabilidad de Uncharted 4– ¿qué título de la saga no es lineal, por otra parte? -, hace una cosa muy bien y es el no gritar al jugador cómo tiene que superar los obstáculos. Aunque no se puede decir que sea un juego de mundo abierto – en este sentido el último Tomb Raider le da un buen repaso -, en Uncharted 4 al menos se permite que el jugador tenga el espacio suficiente como para investigar el mejor camino para intentar continuar avanzando, siempre que tenga las ayudas desactivadas.
Mención aparte a los elegantísimos puzzles de Uncharted 4. Y que conste que digo elegantísimos y no elaboradísimos o inteligentísimos. Están creados en su mayoría con muchísimo gusto, contribuyendo al espectáculo, e incluso permitiéndose el lujo de esconder auténticos SORPRESONES (me voy a arrancar la lengua de tanto mordérmela). Y, aunque su número es bastante limitado y su dificultad escasa, su presencia era obligatoria por el género al que pertenece el juego de Naughty Dog; la papeleta ha quedado perfectamente resuelta en consonancia al carácter de Espectáculo que tiene el videojuego.
Además de las plataformas y de los puzzles, el otro factor importante a nivel jugable son los tiroteos. De estos me quedo con la contundencia y variedad de las armas, así como los efectos visuales – muy fan de las barricadas destruíbles – y sonoros utilizados para recrear tanto los intercambios de plomo como las explosiones, tremendamente espectaculares. Eso sí, por temas de control y de IA, no disfruto los combates en Uncharted 4 tanto como en otros juegos que realmente bordan este apartado, como The Division.
El doblaje, aunque me da la sensación que comienza algo titubeante, mejora a pasos agigantados a medida que nos adentramos en la historia. Y aquí no se ha escatimado en palabrotas para retratar el ambiente turbio e interesado de los contrabandistas. La entonación y las emociones se transmiten perfectamente. Recuerdo que yo no soy en absoluto fan de los doblajes y este me parece bueno. Tengo ganas, eso sí, de hacer una segunda pasada, pero poniendo las voces en inglés. De la música no me atrevo a entrar en valoraciones de calidad, porque es evidente que va sobrada de ella pero no tengo ningún criterio para ir más allá de eso. Es orquestal y acompaña las escenas de acción y de descubrimientos imprimiéndoles un toque de epicidad que queda, nunca mejor dicho, de Cine.
Sobre los extras
Naughty Dog ha incluido el Modo Foto que ya se pudo ver en The Last of Us. Y tiene todo el sentido del mundo reaprovecharlo en un juego como Uncharted 4, con personajes tan cuidados, escenarios tan idílicos y animaciones tan realistas gracias al nivel de producción tan alto. Me he pasado horas – literalmente – tirando fotos casi a cada paso, y ese es el mayor cumplido que le podía hacer a los diseñadores y grafistas de este juego.
Destacar que una vez completado el juego recibiremos una cantidad de puntos que podremos cambiar por skins, drop de armas ingame y filtros de pantalla en nuestras posteriores partidas, dotándolas así de un componente extra de motivación para rejugar un título que, siendo realistas y teniendo en cuenta la supresión del factor sorpresa, una vez completado el Modo Historia tan solo los cazadores de trofeos podrían sentirse realmente tentados a hacer una segunda pasada. Sí, queda el Modo Multijugador, pero como ya he comentado al principio de este análisis, no hablaré de él aquí por no parecerme -opinión personal- parte del producto central. Lo que sí que me ha hecho picar unas cuantas veces ha sido la posibilidad de revivir tiroteos – accediendo directamente a cada una de las secuencias del Modo Historia en las que ha habido combates – utilizando modificadores como el Tiempo Bala (slowmo durante el apuntado), Munición Infinita… Muy entretenido, sin duda.
No todo es perfección y el elitista nivel general hace que los detalles menos virtuosos acaben chirriando. Como por ejemplo la secuencia de escape con jeep de un carro de combate, una que precisamente se mostró hace meses, me ha parecido de lo más flojo del juego, por lo encorsetada que resulta. Otro punto es la IA de los NPCs que te acompañan, púramente anecdótica, dado que no te puedes fiar en los tiroteos de que vayan a mantener su posición o que vayan a cubrir su flanco por si atacan los enemigos rodeándote, algo que a la CPU le encanta hacer y que acaba convirtiéndose en la principal dificultad de estas escenas.
Eso sí, es curioso escuchar como los NPCs aliados te avisan que un enemigo te ha rodeado o que se te acerca por una determinada dirección, aunque luego ellos no se encarguen de resolver el entuerto. Y luego ya entramos en las siempre odiosas comparaciones. Sobre las mecánicas y libertad, Uncharted 4 palidece si se le compara con Rise of the Tomb Raider, el juego más parecido del mercado, que no – aún – del catálogo de PS4. Y no pasa nada: es evidente que las armas del juego de de Drake son otras. He escrito otro post comparando ambos títulos un poco tanto desde el punto de vista jugable como visual.
Conclusión
Uncharted 4 es la antítesis de los mundos abiertos, pero el mundo que sugiere, su dimensión, es incomparable. Que te lleven de la mano pocas veces ha sido más gratificante. El paquete creado por Naughty Dog, rescatando un buen número de elementos del cuidadísimo The Last of Us para darle empaque al producto final, consigue que, ahora que ya me lo he pasado, en mi cabeza se confunda el juego en formatos de videojuego y película. Una experiencia inigualable. [95]
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