Qué complicado que es destacar entre tanto videojuego. Y más en un género como el del Tenis, en el que la franquicia Top Spin parece haber recuperado el lustre de tiempos pasados. Per Sega, que en su momento la lió parda con Virtua Tennis, tampoco renuncia a los galones que un día lució orgullosa tanto en salones recreativos como en los hogares de medio mundo.
Virtua Tennis 4 no renuncia a su espíritu arcade, aunque se permite flirtear con la simulación. Así, la posición desde la que golpeemos la pelota, el bote de ésta o lo forzado que lleguemos a ella determinarán tanto la potencia como la precisión de los golpes, llegando a provocar algo que no acostumbraba a verse en un arcade de tenis: que la pelota se vaya fuera. Eso sí, Sega no se ha tirado a la piscina de cabeza sino que ha dosificado ese componente de simulador para imprimir únicamente un toque que le añada cierta profundidad. Una profundidad que a mi personalmente me sobra. Ver un vídeo del primer Virtua Tennis y desear que el estilo de juego no hubiera cambiado es una sensación muy conocida. Comentar que se ha incluido soporte para PlayStation Move, por lo que puede jugarse a lo Wii-style, con todo lo que eso conlleva.
El modo principal de juego es el de Campeonato. En él, tras crear a un tenista en el que podremos invertir tanto tiempo como queramos, nos embarcaremos en una carrera de 4 años para convertirnos en el mejor jugador del planeta. La mecánica es muy parecida a un juego de tablero. En cada turno contaremos con tickets de movimiento que nos permitirán avanzar una cantidad determinada de casillas. En las casillas habrá eventos de entrenamientos, bonificaciones, actos publicitarios, campeonatos, partidos e incluso penalizadores. También habrá tiendas en las que comprar tickets específicos para poder controlar mejor por qué casillas vamos a pasar.
Las fases de entrenamiento son muy similares a las vistas en los últimos Virtua Tennis. Siguen en su estilo de originalidad por encima de intentar recrear entrenamientos reales, por lo que deberemos dedicarnos a tareas tan bizarras como destrozar platos, activar ventiladores o conducir pollitos con sus mamás gallinas si queremos mejorar las prestaciones de nuestro jugador. Durante las temporadas se irán desbloqueando complementos que podremos usar para nuestro tenista. Ese será el principal aliciente a la hora de ir superando pruebas y torneos, pues la apariencia de nuestro jugador será la prueba latente de que estamos haciendo las cosas bien.
A nivel visual va bastante justito. Las sensaciones generales no son malas, pero hay varios detalles que acaban pasando factura al apartado gráfico. Un par de ejemplos son el efecto del sudor queda muy extraño cuando un jugador se lesione sus movimientos sobre la pista serán muy extraños. Los modelados de los personajes no están mal, pero tampoco son nada del otro mundo, al igual que las animaciones, que son correctas pero no especialmente remarcables, sobre todo por su falta de variedad. Eso sí, las pistas, el público, los recogepelotas y demás componentes de la ambientación están perfectamente recreados. A destacar también que el juego es compatible con las televisiones 3D.
Virtua Tennis 4 está un par de escalones por debajo de la referencia del género, Top Spin 4. El problema no es su apuesta por un estilo arcade, con matices, sino la producción de un juego que se muestra demasiado conformista. Una franquicia de este calibre merecía una mayor ambición.