Leyendo la doble página del corresponsal en Japón de Edge*, Cristophe Kagotani, he tenido un déjà vu con un post que escribí hace unos días, en el que criticaba los controles de calidad de determinadas compañías a la hora de sacar juegos que no merecerían pasar de las fases iniciales.
Según Kagotani, una de las principales diferencias entre las compañías niponas y las occidentales es que mientras las occidentales crean los juegos del principio al fin, añadiendo capas de refinamiento, las niponas realizan un proceso modular, creando los videojuegos nivel a nivel, de forma que no se inicia el desarrollo del nivel 2 hasta que el nivel 1 no está totalmente acabado. Ésto tiene sus ventajas a la hora de evaluar la calidad de un producto, aunque exige una planificación concienzuda que casa más con la mentalidad japonesa que con la yankee-europea.
Y tú, ¿Qué metodología prefieres?
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