Wii U es una consola que, desde el primero momento, ha despertado dudas. Dudas por su potencia, dudas por su propuesta jugable, dudas por su precio, dudas por sus características técnicas y dudas por el apoyo de las Third Parties. Lo que no se dudaba era que iba a ser la gran triunfadora de estas Navidades, pero lo cierto es que no ha sido así. Las ventas no han sido muy bajas pero han estado lejos, por lo que parece, de las cifras que sí que movió Wii, la gran referencia de la nueva sobremesa de Nintendo.
Sin la baza de las altísimas ventas de su predecesora, ¿Hay que considerar ya a Wii U como un fracaso? Es una opción. La otra, conceder un voto de confianza a la compañía que cuenta con el catálogo de franquicias más exitosas de la Industria y darles tiempo a que lancen un Zelda, un Mario realmente nuevo, un Donkey Kong, un F-Zero, un Star Fox… Franquicias que definieron el concepto de vende-consolas, que únicamente – salvo contadas excepciones – pueden jugarse en consolas de Nintendo y en las que los consumidores depositan gran parte de sus esperanzas al adquirir cada nueva máquina de la Gran N.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta a qué altura de la película nos encontramos. A PS3 y Xbox 360 no debería quedarles más de 1 año de protagonismo, como mucho, hasta que sus sucesoras reciban todos los focos. No parece que ninguna de las dos vaya a adoptar un rol de secundaria de lujo como PS2 y siga en activo durante más de 10 años, por lo que Wii U podría encontrarse, en apenas 12 meses, relegada a un segundo plano.
No voy a entrar a juzgar si la apuesta de Nintendo por el mando tableta GamePad es más o menos acertada que cuando lanzó el Wiimote, pero lo que sí puede ser es que la existencia de los iPad y tabletas Android hayan restado bastante del Factor Wow, que al final es lo que empuja a la gente a las tiendas a comprar en masa consolas sin un catálogo decente y con más promesas que realidades.
El tiempo situará a la Wii U donde merezca o donde el Hype y la publicidad tengan a bien colocarla, pero lo cierto es que Nintendo se encuentra en este momento en una situación muy diferente a la que tuvo con Wii. Sin las abuelas haciendo cola en el Corte Inglés para comprarla, la nueva consola de Nintendo pasa a jugar en los campos de Xbox 360 y PS3. Y estas están a punto de saltar a la Champions. Cosas como el inesperado descuento al comprar algún juego con la consola parecen estrategias improvisadas sobre la marcha para incentivar de manera desesperada las ventas. Y eso es una muy mala señal, mucho peor que el relativamente escaso calado de la máquina en la lista de Reyes y Papa Noeles de la muchachada.