El año pasado, los chicos de Tribute Games sacaron Wizorb para PC, un juego inspirado en el clásico Arkanoid, pero con un pequeño toque de RPG. Desde entonces ha salido en varias tiendas digitales de PC, para móviles, en Xbox 360 y como Mini para PS3 y compañía.
Estos días de atrás he estado jugando a la versión de Steam, que tiene el juego a unos económicos 2,49€. Cuando lo vi por primera vez, el tipo de juego no me llamaba mucho la atención, pero sí su aspecto gráfico, con píxeles como puños de esos que a mi tanto me gustan y que me recordaban a los juegos de rol japoneses de antaño, así que le di una oportunidad.
El sistema de juego es de sobra conocido por todo el mundo. Una pelotita que rebota va rompiendo cajas y nosotros tenemos que evitar que caiga por la parte inferior de la pantalla manejando una barra. Vamos, lo que viene siendo el Arkanoid de toda la vida. Por suerte se incluyen algunas novedades jugables interesantes. No sólo hay que romper cajas, sino también golpear a enemigos que se mueven por la pantalla e incluso jefes finales de fase, que pueden atacarnos y destruir nuestra barra. Además, contamos con la ayuda de magias de fuego y aire, que nos permiten modificar de distintas formas el comportamiento de la pelota y disparar bolas de fuego.
En cada pantalla podremos recoger dinero, vidas extra o llaves para abrir puertas cerradas que nos dan acceso a tiendas, fases de bonus o nuevas pantallas. El dinero se puede emplear en las tiendas del juego o para ayudar a los habitantes del pueblo donde tiene lugar la historia a reconstruir sus casas, que han sido destruidas.
A parte del pueblo que podemos recorrer a pie, el juego está dividido en varias fases temáticas diferentes, cada una de ellas con 12 pantallas y un jefe final que deberemos completar de un tirón. Al completar una fase desbloquearemos la siguiente, pero podremos repetir las anteriores tantas veces como queramos, lo que nos permite acceder a pantallas que no estaban disponibles la primera vez.
En definitiva, se trata de un lavado de cara de un clásico conocido por todo el mundo que con su simpleza llega a ser muy entretenido y tiene los cambios necesarios para hacerlo un poco más atractivo que el original. Eso, unido a un precio realmente bajo, lo convierten en un juego muy recomendable.