Wind Waker siempre ha sido para mi una entrega de The Legend of Zelda bastante especial. Ya no sólo porque me traslada a tiempos más sencillos sino por su original planteamiento. Navegar por el vasto océano es algo que puede llegar a cansar a algunos pero esa melodía y la sensación de aventura que transmitía el juego hacían que fuera justo lo contrario.
La secuela que nunca fue
Un par de años después del lanzamiento del juego se realizó el mayor anuncio en el E3 de la historia. Ese juego fue Twilight Princess, que finalmente tras algunos retrasos llegó para Gamecube y Wii. Pero podría haber sido diferente. De hecho gracias al libro Zelda Art & Artifacts que ha salido a la venta recientemente en Japón descubrimos que Wind Waker 2 podría haber sido un hecho. Iba a ser un Zelda más conservador en el sentido de que iba a desarrollarse en tierra firme y volveríamos a tener a Epona como yegua. El motor gráfico continuaría siendo el de Wind Waker, con lo que daba algunos problemas.
En una sección del libro el artista Satoru Takizawa menciona que se encontraron con algunos problemas durante el desarrollo. Toon Link no quedaba bien a lomos de un caballo y hacerlo adulto tampoco iba a ayudar mucho. Además, la gente pedía un Link más realista y las películas de fantasía medieval – El Señor de los Anillos – hicieron que se apartara el proyecto inicial para dar paso a Twilight Princess. De todas formas los acontecimientos de Wind Waker siguieron con las entregas de Nintendo DS: Phantom Hourglass y Spirit Tracks, que a mi parecer en comparación con otras iteraciones de la saga estas son algo reguleras.
La verdad es me alegro de que Twilight Princess acabara siendo lo que es. No hay duda de que Breath of the Wild acabará siendo el GOTY 2017 pero echo de menos ese aspecto realista de entregas anteriores. Y vosotros, ¿qué opináis?