Reflexiones de un buen Salón del manga 2015

Aunque ya ha llovido una semana desde el salón del manga de Barcelona, y por problemas técnicos no hemos podido sacarlo antes, aún quedan recientes las opiniones y sensaciones de un salón que ha mejorado en espacio, distribución y mecánicas, pero que tiene detalles por pulir o mejorar de cara al siguiente.
A nivel general: un buen salón del manga.

Tanta era el hype y expectación por asistir, que ya el jueves y viernes en la apertura de puertas había gente para llenar, sin saturar muchos de los espacios de los pabellones. Los stands de Namco-Bandai y Nintendo copaban a primeras horas los visitantes para poder jugar a las novedades que traían, además de conseguir regalos y goodies de la compañía o juego preferido.

Este ha sido un año de muchas tiendas, bastantes stands de fancines y asociaciones, muchas conferencias, más restaurantes y mejor localizados. La mayoría de los pabellones estaban distribuidos de forma que esparcieran a la gente y no saturaran el aforo, como pasó en años anteriores. La situación de los restaurantes en un pabellón propio, con mesas y bancos para la ocasión, fue de gran acierto por parte de la organización para poder gestionar la cantidad de afluencia sin perjudicar a los compradores, tiendas o cosplayers.

En cuanto a las tiendas, sin novedades: muchas y variadas. Este año la sorpresa fue un nivel de precios decente y generalmente adecuado. Siempre hay cosas caras, pero la mayoría de figuras, y no pequeñas, de todas las tiendas rondaban los 30-35€ por la misma figura. Algo que me gustó, rompiendo un poco la leyenda que en este tipo de salones se inflan precios, que sí, que lo hacen, pero este año no fue tan evidente como anteriores.

Las editoriales se volcaron con sus novedades trayendo a muchos dibujantes y artistas como Inio Asano, Tetsuya Tashiro, Io Sakisaka, Aurora García Tejado, Diana Fernández Dévora, Florent Maudoux y Sourya, Yôsuke Asama, Tadayoshi Yamamura, Norihiro Hayashida y el propio Tsuneo Sanda para el deleite de los aficionados y cazadores de firmas.

Las exposiciones, para mi gusto, fueron un poco pobres comparadas con años anteriores e incluso la que nos afecta más directamente: «El making of de Super Mario» no eran más que imágenes imprimidas de internet y unos pocos sketches de niveles del primer Mario.

El aumento de espacio con 60.000m se han notado a nivel general en colas, saturación y espacio personal, tanto que el salón cerró sus puertas habiendo recibido 137.000 visitantes, un incremento de un 5.4 % respecto al año pasado reflejando la buena salud del salón.

Como punto negativo hay que decir que la incorporación del nuevo pabellón parece haberles pillado un poco en extremis ya que lo noté desaprovechado en cuanto a stands, a pesar del acierto de colocar el cine aislado del ruido de otros pabellones. Otra cosa que no entendí es ver un stand de la casa CEX de compra-venta de tecnología o de macrobiótica, pero supongo que pagando todo el mundo entra…

A grandes rasgos, un buen salón que disfruta de una buena salud y que crece, año a año, para deleite de los aficionados.

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