Todos somos fans de David Bowie. Y lo afirmo así, con tanta rotundidad, porque sé que es verdad. No hace falta conocer al detalle su discografía, filmografía, vida, obra y milagros…
Basta con emocionarse cuando suena «Heroes», bailar inconscientemente al ritmo de «Let’s Dance» o sentirse una estrella del rock cada vez que nos sacude «Moonage Daydream«. Y creo que eso seguirá siendo así siempre, aún después de que Bowie nos haya dejado huérfanos en este planeta que siempre tuve claro que no era el suyo.
Tal vez lo fácil hoy… perdón, hablar de alguien como él nunca es fácil. Tal vez lo predecible hoy, y más en un lugar como éste, sería hablar de las referencias a David Bowie en el mundo de los videojuegos (más de las que muchos podrían imaginar). Pero eso se lo cedo a los verdaderos expertos en el tema. Hoy escribo estas líneas para compartir con vosotros una pequeña obra de arte que descubrí ¿por qué no decirlo?, por casualidad, hace unos años.
La mayoría de vosotros conoceréis a Yoshitaka Amano por su trabajo como diseñador e ilustrador de Final Fantasy. Más allá de eso, ha publicado varios libros ajenos a la saga y colaborado con multiples artistas. En un trabajo de recopilación de algunas de sus obras más importantes me topé con una imagen que me dejó pegada a la pantalla… el efecto que tiene sobre mí cualquier imagen de David Bowie. Cuál fue mi sorpresa al descubir que, tras esa ilustración, se encontraba otro de mís grandes ídolos, el escritor inglés Neil Gaiman (The Sandman, Stardust, Coraline…). Trataré de no ponerme demasiado sentimental, pero debo confesar que encontrar un punto de convergencia entre tres personas a las que admiro tanto y que me han influenciado e inspirado de tantas maneras fue todo un regalo.
«The Return of the Thin White Duke» es un historia sobre Bowie fruto de la colaboración entre Gaiman y Amano publicada (de manera incompleta) en verano de 2004 en el nº29 de V Magazine. Fue terminada por Gaiman y publicada en su libro «Trigger Warning«, y podéis leerla (en inglés) aquí. En cuanto a las cautivadoras ilustraciones de Amano, aquí disfrutaréis del set completo.
Viéndolas de nuevo ahora mientras escribo este texto me doy cuenta, probablemente por culpa de la tristeza, de que ni siquiera el arte de Amano puede reflejar en su totalidad la magia y la belleza de la mirada de David Bowie. Pero en el fondo, una parte de mí se siente feliz… El Hombre de las Estrellas ha regresado a su verdadero hogar.
Grande, Robinwinchester :)))