PES 2019 me dio muy buenas vibraciones en su demo. Su Player ID, que recuperaba los mejores momentos de esta franquicia, me sorprendió muchísimo y me sigue pareciendo, tras jugar al juego final, uno de los grandes aciertos de esta entrega.
Por desgracia, el resto del paquete es enormemente continuista. Sí, a medida que echas partidos vas encontrándote cosas nuevas aquí y allí, cosas que quedan perfectas, como que se mantenga el punto de vista del tirador de la falta hasta que la pelota llegue a la portería, o un ritmo de juego trepidante, con choques y juego físico muy mejorado comparado con versiones anteriores.
Una genialidad… a medias
Sí, en el campo poco se le puede echar en la cara a PES 2019 y, en mi caso, ha vuelto esa hambre incontrolable de jugar «solo un partido más» durante horas y horas. Sin ir más lejos, estoy escribiendo estas impresiones tras una sesión non-stop de 5 horas, que han volado. Las sensaciones en el rectángulo verde son buenísimas, potenciadas por la gran implementación de los grandes jugadores. Es decir, Konami lo ha bordado. Pero solo en parte.
Ya no estamos en la generación de PSX ni de PS2. Hace años este PES 2019 hubiera sido acogido por los fieles como una Obra Maestra, una más de Konami. Ahora a los juegos deportivos se les exige más, básicamente porque la competencia siempre ha ofrecido más en cuanto a valores de producción. Y más teniendo en cuenta la travesía de medias tintas de los que procedemos.
Y es que es el paquete, la carrocería, en lo que el juego de Konami se muestra incapaz de dar un paso adelante, al menos en el territorio Offline, que es donde me muevo yo. La Master League de PES 2019 está anclada en un formato que cada vez sabe más a caduco, y más teniendo en cuenta quién tiene en frente. La falta de licencias es la puntilla, aunque esto está minimizado gracias al trabajo de la Comunidad a la hora de crear Option Files, al menos en la versión de PS4 y PC.
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PES 2019 es un paso adelante, sin duda, pero uno se pregunta cuántas ediciones quedan hasta que volvamos a encontrarnos con un videojuego redondo como eran esas inolvidables entregas de PSX y de PS2, capaz de dejarnos con la sensación de que estamos dándole a un juego redondo, sin peros que valgan. Yo creo que los aficionados a los Pro Evolution Soccer nos merecemos una alegría de ese calibre.
Estamos todos de acuerdo en que lo prioritario es el gameplay, y en este PES 2019 la jugabilidad es de muchos kilates. Sin embargo, en esa desigual Carrera Armamentística en la que se han enzarzado Electronic Arts y Konami, en la que una parece tener fondos ilimitados para crear superproducciones con acabado de Hollywood y otra que lo apuesta todo por su Know How, un conocimiento que la catapultó a la gloria en su momento y que ahora esta parece estar más cerca que nunca, de nuevo.
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