Byron Rizzo es un joven argentino, que al igual que muchos de nosotros, es un fanático de los juegos de video. Eso lo llevó a escribir un libro titulado Videojuego y adicción, donde hace un recorrido por la diferentes generaciones y los elementos que los convierten en algo adictivo.
Que el nombre no los engañe
Es fácil caer en el error y pensar que Videojuego y adicción es un libro más que sataniza al ocio digital, señalandolo como el origen de todos los males, pero no es así. El mismo autor lo deja claro desde el inicio. Estamos frente a un narración, desde su punto de vista, de cómo muchos de los elementos del videojuego actual tienen raíces en el arcade y cómo han evolucionado con los años.
Es así como encontramos referencias personales y experiencias de juventud en diferentes épocas de la industria. Desde los ya mencionados arcade, pasando por algunas consolas, los cibercafés y la manera como este tipo se situaciones han ido cambiando con el paso del tiempo, pero no desapareciendo el todo.
Hablando de componentes
Lo que más me gustó de Videojuego y adicción es la manera como el autor toma elementos clave el juego, por ejemplo: continue, game over, player 2 y demás, que han sido parte fundamental de la industria, pero además deja ver cómo han evolucionado en el tiempo y se han adaptado a las épocas actuales.
El libro nos habla de muchos conceptos que han evolucionado desde el arcade.
Es así como el multijugador pasó de tener a tus amigos en la sala de la casa, cada uno con su correspondiente mando, a conectarse con personas, en cualquier lugar del mundo, sin necesidad de estar uno al lado del otro. De igual manera como los high scores pasaron de estar enmarcados dentro de un solo sitio, para ser visibles y competir a nivel global.
Ese es el recorrido al que nos invita Byron en su libro. El de darnos cuenta de cómo estos elementos persisten, pero de una manera evolucionada y cómo pueden llegar a generar una adicción.
Todo a su tiempo
Videojuego y adicción es un libro que es mejor leerlo con calma, para interiorizar sus elementos y analizar tranquilamente todo lo que nos propone. El mismo autor así lo sugiere. Unos dos o tres de capítulos al día son una buena manera de hacerlo, además porque, por lo menos en mi caso, trae muchos recuerdos hermosos del pasado.
El libro deja claro que el videojuego, como muchas cosas más en este mundo, cuentan con características diseñadas para enganchar, al final depende de nosotros mismos determinar que tanto tiempos queremos invertir en esos mundos virtuales o en la vida real.
Interesante tema.
Un libro que suena realmente atractivo.