Hace ya dos semanas desde que me acabé Aqua y Aria, una serie (separada por dos nombres por temas editoriales) que, sencillamente, me ha enamorado y emocionado como pocas obras lo habían hecho hasta ahora. Querido lector, quiero hacerte por ello un poco partícipe de las emociones que esta obra maestra me ha contagiado a cada página.
Una carta para ti
Para este texto voy a hacer algo que no suelo hacer. Tú, yo y Aria, ¿qué te parece? La ocasión lo merece y esto va a ser una conversación entre los dos, como viejos amigos, sobre lo que es este manga. Porque si hay algo especial en este manga es precisamente la amistad. Experiencias, momentos únicos y mágicos dentro de la misma rutina en un mundo anegado que se reniega a abandonar las tradiciones impuestas del pasado, pero que al mismo modo permite que el tiempo tenga un ritmo único. El tempo de un planeta y un lugar detenidos en el tiempo, que se niegan a avanzar al mismo tiempo que la Tierra y que establecen sus raíces en la calma del recuerdo.
La amistad que nos une a ti y a mí es la que nos une a su vez con Akari Mizunashi, la protagonista de esta historia, aunque este término quiero discutirlo más tarde, si no te importa. Somos, para ella, sus compañeros de correspondencia, un amigo a más de cincuenta y seis millones de kilómetros de distancia. Aqua, el planeta donde reside, es una interpretación de Marte terraformado donde, por un error, el agua ahora cubre un noventa por ciento de la superficie del planeta y eso ha ocasionado una curiosa reacción: la creación de ciudades con canales como principal medio de transporte.
Neo Venecia, hogar de las Ondinas
Eso es, ni más ni menos, Neo Venecia: una capsula del tiempo. Evocando en sus máximos exponentes lo que fue la Venecia del siglo XVII y XVIII, con elementos como La Piazza de San Marcos, los canales, el Puente de Rialto, el Puente de los Suspiros, el Campanario de San Marcos, el Caffè Florian… y cómo no, las góndolas. Akari es una niña de la tierra, con apenas 15 años cuando alcanza el planeta azul con el sueño de convertirse en gondolera.
En esta recreación de Venecia, las mujeres tienen un papel específico dentro del ecosistema. Si bien existen los gondoleros, una profesión nacida e impuesta como una nueva tradición es la de las mujeres gondoleras, conocidas como Undine -Ondina en español-. El nombre proviene de las ninfas acuáticas de la mitología griega, una clase de ninfa Náyade -ninfa acuática- con una belleza superior a las demás. Esto, en el oficio, se traduce en la capacidad de la persona para poder realizar el trabajo de manera perfecta, con movimientos precisos y, en cierto modo, evocando a la hermosura del paisaje como si la góndola y su gondolera fueran parte de él. Fluidez, capacidad de guía y de, sobre todo, de emocionar a los pasajeros con la propia experiencia.
Belleza en el día a día
Se que es complicado entender con simples palabras lo que el autor nos transmite de manera precisa con imágenes de una belleza descomunal. No es solo lo que nos transmiten los textos, es que cada clímax de cada capítulo desemboca en una estampa rompedora. Esa última escena siempre dará por finalizada la aventura de esa “navegación”, y siempre será un dibujo que ilustre todo lo contado hasta el momento. La calidad del arte de Amano es excelente y, en muchas ocasiones -por no decir en todas- nos dejará con la boca abierta.
Y es que la belleza es el otro tema sobre el que Kozue Amano nos quiere hablar, pero no la belleza como estética o arte, sino la belleza de lo cotidiano. En una sociedad anclada en el mañana como la nuestra, detenerse para contemplar lo que nos rodea suele ser una rareza a la que muy pocos prestan atención. Estoy seguro de que a ti, al igual que a mí, nos cuesta realmente hacer siquiera un dibujo mental de algo más allá de nuestra calle. Es normal, casi siempre vamos con prisas, con un objetivo o una necesidad en la cabeza y poco tiempo para detenernos a comprender nuestro alrededor.
Amistades en el camino
Esa es la clase de belleza que nos muestra el autor dentro de Aria. Al igual que ocurre en ciertos videojuegos, como Animal Crossing o A Short Hike, Amano se esfuerza por hacer del viaje una experiencia satisfactoria y plena en sí. La propia Akari se encarga de recordarnos esta sensación a cada carta que nos manda. Esto es la felicidad para ella, una basada en disfrutar del momento y de vivir a la vez para el mañana, encontrando las cosas buenas y la belleza en el ahora. Tanto ella como sus compañeras aprendices, Alice y Aika, ven pasar los días en sus entrenamientos preparándose para ser verdaderas Ondinas pero, especialmente gracias a Akari, disfrutando del camino.
Porque si hay un segundo pilar en esta historia es la amistad. Al final, Aria no nos va a contar una trama profunda y compleja. Aria quiere que disfrutemos leyendo y pasando página tras página apaciblemente ensimismados en el arte. Akari, Aika, Alice, Alicia, Akira, Athena, Akatsuki, Al… -sí, todas comienzan por a– son personajes que nos hacen disfrutar. No hace falta buscarles un motivo, en realidad, ellos simplemente viven y se relacionan, trabajan y se relajan pero, sobre todo, buscan la felicidad en su camino.
Una obra maestra irrepetible
No quiero ser repetitivo. Aria -y por ende, Aqua– es una obra maestra que debes leer, y te lo digo así de simple. Cuando hablé de Nodame Cantabile dije que me parecía una obra maestra, pero esta es distinta en cuanto a que la otra me lo parece a mí mientras que, en el caso de Aria, es algo que comparto con multitud de personas con las que no coincido en gustos. Ojalá Ivrea reedite la obra, que lleva en España descatalogada desde hace años, pues la he conocido demasiado tarde por desgracia. Solo espero, querido amigo, que este pequeño texto te haya llenado de curiosidad y ahora te plantees leerla. O verla, al menos. Si eso es así, significa que mi texto te ha llegado y que mis palabras no han caído en saco roto. Espero que sea así y que, si le das la oportunidad, te llegue al corazón de la misma manera que me llegó a mí. Porque soy incapaz de no llorar al recordar estas palabras de cierto momento de la serie con las que, para esta ocasión, he decidido usar para finalizar.
“Incluso aunque no es como si jamás los volveré a ver, no puedo evitar sentirme un poco ansiosa y asustada. Quizá, en alguna parte de mi corazón, pensaba que haciendo las mismas cosas en los mismos sitios era el lugar al que yo pertenecía, donde debía estar. Por eso estaba tan asustada de que todo cambiara. Por eso intentaba que todo se detuviera en seco. Cuando caminamos juntos, sentimos que todo el mundo está andando el mismo camino. Pero eso no es así. Todo el mundo esta caminando su propio camino. Sus caminos y sus finales son todos diferentes. Nunca hay dos caminos iguales. Cada persona tiene su propio, único camino. Y era además porque no quise quedarme quieta en medio de mi camino, que pude ser capaz de llegar a Aqua, de unirme a la compañía Aria, de conocer a Alice… y conocer a todo el mundo. Por eso no me es que no me detendré nunca más, porque quiero saber que hay frente a mí esperándome. Quiero ver el hermoso futuro de todos nosotros”.