Reseña de God of War Ragnarok, (mucho) más y mejor

Pocos juegos me han impactado más que God of War (Santa Monica Studio, 2018). Es por ello que con este God of War Ragnarok (Santa Monica Studio, 2022) tenía una mezcla de hype y de miedo.

Miedo porque no sabía si Santa Monica Studio habría sido capaz no solo de conseguir mantener ese nivel de calidad increíble del primer juego, sino además de darle el suficiente subidón técnico para que no desentonara en un hardware tan poderoso como el de PS5. Un Miedo que se disipa tan rápido como tardas en instalar el juego y los correspondientes parches en tu consola y comienzas a jugar.

El inicio de God of War Ragnarok es como si el tiempo no hubiera pasado. Arranca casi como si sucediera justo a continuación de su precuela. Y esto, que resultará natural para les que se hayan preparado para la ocasión jugando a la precuela, viene con un precio: Ragnarok asume que has hecho los deberes y no llegas virgen.

Sino no se entiende, por ejemplo, la caótica entrada en escena en esta entrega de los enanos Sindri y Bork, o la naturaleza de los ataques de Freya. Es por ello que desde el menú de opciones puedes acceder a un resumen del anterior God of War, algo que deberías hacer si no disfrutaste del primero. Realmente te recomendaría que lo jugaras antes de darle a este, aunque entiendo que si no lo has hecho hasta ahora quizá se te haga algo de cuesta arriba si ya te has comprado Ragnarok. Esta secuela es demasiado golosa.

El juego más esperado

Para evitar spoilers me abstendré de comentar nada del argumento, más allá de adelantarte que es tremendo y que cuenta con ese final épico, incluyendo Final Boss, que quizá se echó en falta en el primero. Sin duda Santa Monica Studio tenía claro que ese era uno de los puntos a mejorar a la hora de crear esa secuela.

El cambio generacional y los 4 años entre título y título implicaba, además, que el estudio First Party de Sony tenía que elevar el nivel técnico a una nueva dimensión. Y se ha conseguido. Aunque no consigue hacer olvidar a la impactante precuela, God of War Ragnarok es un monstruo también gráficamente.

El salto a PlayStation 5 es espectacular y el resultado es un juego más grande, que sabe presumir en cada detalle y en el que raramente encontraremos situaciones en las que uno no alucine con la calidad de la implementación. Para mi The Last of Us Parte II impactó mucho más, pero eso no debería desmerecer lo que se ha conseguido aquí; lo que propone God of War Ragnarok, aunque más mundano, es sumamente impresionante a nivel visual.

A nivel sonoro el juego también abre bocas. Seguramente quedará en la sombra ante el apartado técnico, pero sonoramente colabora con la epicidad en todo momento, empujando con muchísima fuerza la narrativa de God of War Ragnarok. Y ahí llegamos a uno de los puntos clave de este juego.

Ojalá la mitología se enseñara así en el colegio

La narrativa es una locura. Toda la mitología nórdica se desvela como un filón con un potencial infinito para dotar a God of War Ragnarok de un lore inabarcable. Las interpretaciones de las actrices y los actores en las cinemáticas, recreadas con el motor del juego soportado por un apartado técnico que hace justicia a lo que se espera de PlayStation 5, dotan a Ragnarok de una capa extra de auténtico lujo, de grandísimo valor de forma independiente a la propia experiencia jugable.

Algo que me ha dejado loco es el gran número de personajes interesantísimos que pueblan God of War Ragnarok. Kratos y Atreus siguen siendo los protagonistas, pero hay todo un elenco de personajes secundarios que aportan muchísimo a la historia debido a sus interesantísimas personalidades, su carisma y los roles que juegan en la trama.

Implementar tantos personajes interesantes no ha sido solo mérito del equipo de narrativa. Hay que aplaudir la ingente cantidad de diálogos que hay en el juego, ejecutados magistralmente por el elenco de actores y actrices de doblaje. Los personajes secundarios, aunque no les estemos prestando atención, muchas veces se pondrán a hablar entre ellos, intercambiando opiniones y explicándose historias y anécdota que, por otra parte, correrás el riesgo de perderte como no estés atento.

Interpretaciones al nivel de una superproducción de Hollywood

Unos diálogos que, de nuevo, están perfectamente doblados al castellano. El nivel es altísimo en esa pista, aunque en mi opinión la pista en inglés sigue estando por encima – Christopher Judge es demasiado. En cualquier caso, un trabajo y una inversión brutal por parte de Playstation en este – y en todos – los apartados.

Por cierto, es genial como esos diálogos nos empujan a explorar el mundo de God of War Ragnarok y no limitarnos a las aventuras principales. Las secundarias, además, están perfectamente integradas con la trama y con los personajes, y no he visto ninguna que exista únicamente para estirar artificialmente la duración del juego. Eso sí, la cómica distribución en los niveles de los cofres, que están en cada esquina, y el contenido de estos, diametralmente opuesto a la espectacularidad con la que los cofres se han implementado, ha conseguido que haya enarcado la ceja más de una vez.

El combate es un juego aparte

Pero a pesar de esa narrativa descomunal, God of War Ragnarok se resiste a dejar a la jugabilidad en un segundo plano. Así, Santa Monica Studio ha creado un sistema de combate con una profundidad acojonante, una master class del dicho de «fácil de controlar, difícil de dominar».

Si eres de los que lo gozan ejecutando un parry con un timing perfecto, en Ragnarok vas a sentirte como en casa. El gran número de modificadores y ataques que pueden efectuarse durante los combates convierten cada enfrentamiento en una nueva oportunidad para mejorar y poner en práctica nuevos enfoques en las luchas.

Conclusión

Las 35 horas que he tardado en completar la trama principal de God of War Ragnarok, con tan solo unas cuantas secundarias en mis bolsillos, han resultado plenamente satisfactorias, con un control perfecto del ritmo, que consigue que la propuesta vaya, en líneas generales, de menos a más, culminando en un épico final que cierra a la perfección esta nueva saga de Kratos.

La excelsa narrativa, el brillante sistema de combate y un apartado técnico acojonante convierten al juego de Santa Monica Studio en un auténtico juggernaut, un coloso hecho videojuego, sin duda uno de los títulos más importantes del año. Tan solo el estar sumamente prevenido tras esa brutal entrega del 2018 hace que no exista ese elemento de sorpresa que acaba convirtiendo mi altísima nota de [98] en el estratosférico 100 que sí que le casqué a su precuela. Potato, potato.

  1. Creo que ya dije, y si no lo digo ahora, que yo tenía muy claro el GOTY 2022 con ELDEN RING… hasta que vi al colega youtuber jugar RAGNAROK. Le he visto jugar casi por completo ambos títulos, que no es lo mismo que jugar de primera mano, pero conozco los juegos perfectamente para poder opinar con algo de criterio.

    Cualquiera de los dos puede ganar, pero si bien todo el mundo daba por hecho que el título de FromSoftware se lo llevaba de calle, y aparte de lo que dije arriba, no olvidemos que el estupendo juego de Santa Monica Studio es exclusivo de SONY… con todo lo que ello conlleva.

    En cualquier caso, para mí todos los premios son mamoneo y además me da exactamente igual cuál de los dos lo gane. Unos galardones en los que STRAY tiene más nominaciones que A PLAGUE TALE: REQUIEM o BAYONETTA 3, yo creo que ya dejan claras muchas cosas. Y además, ya tengo ELDEN RING y pienso comprarme RAGNAROK en cuanto me vuelva a pillar una PS5 (cuando salga la SLIM), porque en PS4 paso.

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